Armada
La Armada jubila al submarino Mistral tras 35 años de servicio
El sumergible español lleva recorridas 245.000 millas de maniobras, misiones internacionales en Yugoslavia y Libia y otras operaciones de inteligencia
Como en una nave espacial. Así resume el comandante Ernesto Zarco la vida en el submarino Mistral que la Armada jubila este verano tras 35 años sufriendo la presión del agua. Ochenta metros cuadrados de espacio habitable para 65 personas que no impiden que sus «astronautas» le hayan tomado cariño.
El Mistral es uno de los tres submarinos que tiene la Armada española a falta de recibir los nuevos de la serie S80 y en junio acabará su ciclo de vida. Alargarla habría costado muchos millones en lo que se conoce como una gran carena (desmontarlo entero y volverlo a montar), por lo que la decisión está tomada.
Este sumergible de los años 70 ya no buceará más a partir del verano y, como explica Zarco, jefe de la flotilla de submarinos de Cartagena, que estuvo a su mando más de un año, ya «ha cumplido con creces sus objetivos» con más de 3.000 días bajo el mar.
Si en la imaginación de Julio Verne el Nautilus recorrió 20.000 leguas (casi 100.000 kilómetros), el sumergible español con nombre de viento del noreste batió ese hito con creces, aunque sin llegar al otro lado del mundo como el capitán Nemo.
Zarco calcula que lleva a sus espaldas 245.000 millas (450.000 kilómetros) de maniobras, misiones internacionales (estuvo en la antigua Yugoslavia y en Libia) y otras operaciones, muchas de las que no puede ni hablar.
«El submarino lo que suele hacer es obtención de inteligencia, comprobación de los movimientos del enemigo, tener el control sin que lo sepa». Lo que sí puede contar es su olor - «mezcla de gasoil, humanidad, grasa y espacio confinado»-, su espacio - «se vive mejor en un piso patera»- y las «experiencias maravillosas», y no tanto, que ha vivido dentro del tubo de acero.
Como esa vez en que buceó maravillado en medio del Mediterráneo a cien metros de profundidad para reparar la puerta por donde se tira la basura o cuando, igual de sumergido, le comunicaron que ETA había asesinado a un colega submarinista, «uno de los momentos más duros».
Solo hay en el Mistral y en los otros dos submarinos de su serie, la S70 (el Tramontana y el Galerna), dos retretes y una ducha, pero «muy poquitas veces», dice Zarco, han tenido que hacer cola. «Nos sincronizamos perfectamente, mientras que en mi casa tengo que aporrear la puerta del baño».
El espacio mínimo en el «tubo de la risa» produce dentro ese olor que llevó a la recepcionista de un hotel a dejar en la calle a 50 submarinistas mientras les hacía el «check in». «Quédense fuera y que entre uno, por favor», les dijo a unos militares recién aterrizados tras un mes bajo el agua.
Ese confinamiento le hace parecerse a los cosmonautas.
Una media de 120 días de mar cada año
El Mistral ha hecho una media de 120 días de mar anuales en sus años activos y con su jubilación deja a la Armada un poco coja. Lo ideal, explica Zarco, es tener tres «armas submarinas», de manera que haya uno disponible, otro preparándose para la misión y otro desplegado. El oxígeno está previsto que llegue en 2022, cuando Navantia entregue su primer submarino S80, el primero de diseño y fabricación española y que tendrá más espacio vital. Hay cuatro s80 previstos para entregar hasta 2027.
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