Sociedad

El jefe del temporero muerto por un golpe de calor asegura que le llevó “sin demora” al hospital

El abogado del empresario desmiente las acusaciones de la familia de la víctima, y asegura que las condiciones en las que trabajaba eran adecuadas

Eleazar Blandón, el temporero que murió por un golpe de calor durante el fin de semana en Lorca
Eleazar Blandón, el temporero que murió por un golpe de calor durante el fin de semana en LorcaLa RazónLa Razón

El jefe del temporero nicaragüense Eleazar Blandón, de 42 años, muerto el pasado sábado en Lorca tras sufrir un golpe de calor mientras trabajaba con él y otros jornaleros, lo llevó al médico sin demora al marearse y lo hizo al centro de salud en lugar de al hospital por estar más cerca.

Así lo ha relatado a Efe Tomás Ballesteros, el abogado del empresario ecuatoriano de 50 años en libertad provisional sin fianza como presunto autor de un delito contra los derechos de los trabajadores por no tener darlo de alta al natural de Jinotega, que sufrió una parada cardíaca en el traslado del centro de salud al hospital lorquino Rafael Méndez.

Según Ballesteros, al término de la jornada laboral llevó a su empleado junto con otros dos en la furgoneta al centro de salud, dado que al venir por el camino de Vera, al llegar a la vía en Lorca, el centro de salud de Sutullena estaba a 500 metros y podía aparcar en la puerta y en llegar al centro hospitalario hubiera tardado unos 20 minutos más.

“Me parte en mil pedazos verte como te despedimos y ver cómo te dejaron, cómo te maltrataron. Eso me está matando, hermano. Mi corazón se hace mil pedazos. Mi alma está completa y absolutamente destrozada, desbaratada. Ay, hermano de mi corazón, sangre de mi sangre. Quiero que sea mentira, no puedo creerlo ni asimilarlo”, dice por su parte su hermana Karen.

Lo hace en su cuenta de Facebook desde Jinotega, donde Eleazar deja mujer y cinco hijos, pues han sido infructuosas las llamadas de Efe a otra de sus hermanas, Anna, que reside en Almería y que en otros medios de comunicación ha dicho que el jefe dejó primero a los otros trabajadores antes de llevar a Blandón al médico por último.

Versión que desmiente de plano el abogado del ecuatoriano, que dice que fueron directos al centro de salud y luego dejó a los otros dos de la cuadrilla en el lugar donde tenían aparcado el coche.

“La muerte de mi hermano no puede quedar en vano, porque es la historia que se repite de muchos inmigrantes que venimos aquí a trabajar, pero no a morir de esa manera tan horrible al dejarlo tirado y que haya sufrido tantas humillaciones como me contó, que llorábamos juntos por teléfono”, relataba a Onda Regional de Murcia Anna.

A la acusación de Anna en algunos medios de que maltrataban a su hermano, lo llamaban burro, le tiraban tierra mientras trabajaba y no le daban ni agua, Ballesteros contrapone que nunca le faltó para beber y que su jefe trabajaba codo con codo con sus trabajadores y en las mismas condiciones.

Incluidos los más de 40 grados centígrados que se registraron el sábado en la comarca del valle del Guadalentín, en alerta naranja por temperaturas máximas extremas de 12 a 19 horas: “Es incuestionable que hacía mucho calor, pero había muchísima gente trabajando ese día”, comenta Ballesteros al respecto.

Blandón fue llevado al médico terminada la jornada laboral, de 7 a 15 horas, con un descanso a las 10 tras el que los compañeros declararon a la Guardia Civil que se encontraba bien, no así pasadas 4 horas de esa parada, cuando uno de ellos tuvo que sujetarlo para que no se cayera de lo mareado que estaba.

“Abandono hay, pero no desamparo”, indica el abogado sobre la forma en que el jefe dejó a su empleado en el centro de salud sobre las 15:30 horas, pero habló con el vigilante jurado y una vez en manos de los médicos dio sus datos y su teléfono para estar localizable, tras lo que volvió a las 19 horas para interesarse por él, momento en el que habló con él allí la Policía Judicial.

“Estaba sin asegurar, punto y se acabó. Es una infracción administrativa no haberle dado de alta el miércoles, el jueves y el sábado, los tres días en los que empleó” a Blandón, reconoce Ballesteros, para quien su cliente “no pensó que de un mareo se fuera a morir y optó por la opción sanitaria que creyó mejor”.

Según sus datos, Blandón había pedido por su oposición al de Daniel Ortega en su país asilo político con una orden de protección internacional al Gobierno español el pasado febrero, desde cuando se encontraría en situación legal en España, donde tenía que motivar su solicitud el próximo 20 de septiembre, pero sin poder trabajar.

“Teniendo una hermana en Almería, decide vivir en Lorca y trabajar, luego cualquier situación de precariedad que denuncia la hermana habrá que ver de quién es culpa, porque no es achacable a mi cliente, que le ha dado trabajo”, indica el letrado.

“Y que pregunte a la casera del piso que tenía alquilado a qué hora llegaba de trabajar, porque por las tardes no lo hacía” concluye el abogado sobre lo dicho hoy por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en Las Palmas de Gran Canaria.

“Las condiciones en las que se estaba desempeñando esa actividad eran deplorables. Su jornada se extendió desde las 7 de la mañana hasta las 14 horas y luego se prolongó en la recolección de melones en una finca adyacente hasta largas horas de la tarde a una temperatura de 44 grados sin ningún tipo de protección. Y el trabajador murió por estrés térmico”, ha indicado en esa capital.