Coches y motos podrán circular por el carril bus de la Gran Vía de Murcia

Las motocicletas y los vehículos con dos o más ocupantes podrán circular desde mañana sábado 16 de diciembre, y hasta el próximo 7 de enero por el carril bus de la avenida de la Constitución y de la Gran Vía de Murcia, que pasará así a funcionar como un carril "bus-VAO" de manera experimental.

La medida, ha explicado el concejal de Movilidad, José Francisco Muñoz, en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de la Junta de Gobierno municipal, pretende recuperar así los dos carriles para el vehículo privado que tenían ambas avenidas antes de llevarse a cabo las obras de movilidad.

Así, el carril bus en sentido hacia la plaza de Martínez Tornel podrá ser utilizado, además de por los autobuses, por las motos (tanto con uno como con dos ocupantes) y por aquellos turismos en los que viajen al menos dos personas, ya que se trata de una calzada para vehículos con alta ocupación.

Muñoz ha insistido en que la medida tendrá un "carácter experimental" y funcionará como proyecto piloto para calcular su eficacia a la hora de mejorar la fluidez del tráfico en unas fechas de especial afluencia de vehículos.

El año pasado, por ejemplo, se alcanzaron en la Gran Vía picos de hasta 14.000 vehículos diarios el día 21 de diciembre.

La medida, ha indicado el edil, se ha consensuado con el laboratorio de movilidad, en el que participan diversos expertos en la materia, al tiempo que se han tenido en cuenta estudios de la DGT, la Fundación Mapfre y la Universidad Politécnica de Cartagena sobre este tipo de carriles bus-VAO, que ya funcionan en otras ciudades, pero de los que no había hasta el momento ninguno en la Región de Murcia.

Esta apertura de un nuevo carril bus-VAO pretende dar más fluidez al tráfico y se suma a otras como la reciente puesta en marcha de una "onda verde" semafórica en las mismas vías.

Muñoz ha insistido en que la medida trata de solucionar los problemas que las obras de movilidad han generado en el día a día de los ciudadanos, unas obras que el actual equipo de Gobierno no planificó, sino que las recibió ya iniciadas y en un alto grado de ejecución, y que no podían cancelarse, dado que se habrían perdido más de 40 millones de euros en fondos europeos.