
Infraestructuras
La llegada del tren AVE a Cartagena, la historia de un retraso
El Gobierno regional, el ayuntamiento de la Ciudad Portuaria y la Croem hacen un frente común para exigir al ministerio de Transportes «plazos y certezas»

L a fecha prevista por el ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible -antaño Fomento- para la llegada del tren de Alta Velocidad (AVE) a Cartagena es el año 2030. Se trata de una fecha inasumible para los cientos de cartageneros que necesitan trasladarse frecuentemente a la capital, por ejemplo, por motivos de trabajo. Están condenados a hacer un «sudoku» de combinaciones de autobús, o conexiones de tren con Murcia o Alicante, por lo que muchos deciden hacer sus desplazamientos en sus vehículos particulares, ante la dificultad de la «operación» de viajar a la capital de España.
Precisamente hace escasos días, la alcaldesa de la Ciudad Portuaria, Noelia Arroyo, reclamaba «trenes híbridos» como solución alternativa al retraso de la llegada del AVE a este territorio, que es «capital turística de la Región» -en palabras de López Miras- y polo de crecimiento logístico e industrial, gracias a su puerto y a su «hub» energético tan de actualidad. Dichos trenes híbridos (diésel y eléctricos) permitirían una mejora de la conectividad con la Ciudad Trimilenaria, mientras se completa el trazado de la Alta Velocidad. Dichas máquinas, según los expertos y según los estudios de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), ofrecen una flexibilidad operativa, la reducción de emisiones en zonas urbanas y la adaptabilidad a diferentes infraestructuras. Pero a nadie se le escapa que hay importantes inconvenientes en este proyecto, entre ellos, la integración de ese tren en la ciudad. Sirva como ejemplo la capital, Murcia: las protestas ciudadanas en pro del soterramiento del AVE retrasaron años el proyecto y su ejecución. Estamos hablando de 2019-2020. Sin embargo, los primeros viajes del AVE Murcia-Madrid no comenzarían a operarse hasta 2023, tres años después.
¿Qué posibilidades hay para la implementación de estos híbridos? Algunas, si el Ministerio de Fomento se aviene a aceptar esta propuesta, que aceleraría la llegada de una conexión con Madrid, cuyo tiempo estimado de viaje sería de aproximadamente cuatro horas. Eso sí, podría estar operativo a finales de este mismo año o, como mucho, principios de 2026, según las estimaciones de los técnicos. Eso acortaría significativamente los plazos, mientras llega el AVE. Además, esto implicaría la recuperación de la línea Albacete-Chinchilla, -no sería de Alta Velocidad-, pero sí una solución intermedia a un proyecto, sin duda, lastrado por las dilaciones continuadas.
Desventaja
La alcaldesa Noelia Arroyo asegura, en declaraciones a LA RAZÓN, que «esta situación nos deja en una clara desventaja competitiva frente a otras ciudades cercanas como Alicante, que está a solo hora y media de la capital española». En la misma línea se expresan desde la consejería de Fomento. Su titular, Jorge García Montoro, tiene claro que «si el Corredor Mediterráneo no pasa por Cartagena, no será Mediterráneo. Así lo hemos reivindicado desde el Gobierno regional en numerosas ocasiones, al tiempo que hemos denunciado la dilatación de los proyectos de la conexión de Cartagena a esta infraestructura europea por parte del ministerio de Transportes». Máxime, cuando desde su departamento se ha financiado un 25 por ciento de este proyecto, que está lejos todavía de ser una realidad.
Si decíamos que hay una serie de impedimentos -como la integración del AVE en el entorno urbano-, a este se suma alguno más, tal y como aseguran desde el Consistorio cartagenero, por ejemplo, el «bypass» de Beniel, que está bloqueando el avance general de la infraestructura.
Croem se suma
Y quienes se suman también a esta histórica reivindicación son los empresarios. Desde la patronal Croem, su presidente, Miguel López Abad, asegura que «Cartagena necesita el AVE, porque es una ciudad con un papel estratégico en la Región y en el arco mediterráneo: su puerto, su industria, su universidad y su atractivo turístico requieren conexiones rápidas y modernas. La llegada de la Alta Velocidad, sin duda, reforzará la competitividad» explica a LA RAZÓN. Precisamente, los empresarios murcianos han estado presentes en las últimas reuniones de la sociedad «Murcia Alta Velocidad» donde han quedado patentes cuáles son los escollos y cuáles las vías alternativas de solución, en este caso, como la propuesta que ha puesto sobre la mesa la primera edil cartagenera.
Castigo sistemático
El Gobierno regional no duda en exigir «un mayor compromiso» al Ejecutivo de Pedro Sánchez que, dice el consejero García Montoro, «no destina los recursos necesarios para acelerar y poner en marcha unas obras, que son exclusivamente de su competencia». Esto, en opinión del Gobierno autonómico, solo tiene una lectura: el «castigo sistemático» a una Región, que podría crecer mucho más con unas infraestructuras adecuadas. Y Cartagena tiene un inmenso potencial para el desarrollo.
Una llegada del AVE a la Ciudad Portuaria, que se ha convertido en la historia de un retraso, que está perjudicando seriamente y, en última instancia, a toda la Región de Murcia.
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