
Industria ferroviaria
Talgo se reconoce incapaz de llegar a un acuerdo para desatascar los impagos de Renfe, que pesan como una losa en sus cuentas
La deuda de la compañía ha escalado a 467 millones por, entre otros motivos, el retraso en los cobros por los Avril tras la penalización de Renfe

Talgo se reconoce incapaz de alcanzar acuerdo alguno con Renfe para conseguir desatascar los pagos que la operadora pública tiene retenidos y que el fabricante considera reclamaciones legítimas. Así se lo ha transmitido el fabricante ferroviario a los sindicatos en una reunión mantenida esta semana para explicarles los resultados del primer trimestre. Unas cuentas que la compañía reconoce que han sido muy malas y en las que estos impagos pesan como una losa.
Los impagos a los que Talgo alude se refieren tanto a la penalización de 116 millones de euros que Renfe le ha impuesto por el retraso en la entrega de los trenes de alta velocidad Avril como a la actualización que exige el fabricante de los precios de sus productos por el fuerte aumento de la inflación desde la pandemia y a la aplicación de un «autodescuento» por parte de la operadora ferroviaria pública por los Avril.
En el apartado de necesidades operativas de fondos de las cuentas que ha presentado, Talgo reconoce que en el primer semestre registró un retraso en los cobros del proyecto de fabricación de los Avril respecto a lo previsto en el calendario para ese periodo tanto del importe facturado como del pendiente de facturar, sobre lo que actualmente ha iniciado un procedimiento monitorio, según añade.
Talgo detalla que su deuda financiera neta aumentó en el primer semestre hasta alcanzar los 467 millones de euros, frente a los 403 millones que tenía en 2024, impulsada por las necesidades de capital circulante del periodo y por el referido retraso en facturación y cobros esperados del proyecto de fabricación de 30 trenes Avril de muy alta velocidad para Renfe.
Refuerzo de su estructura financiera
Talgo, pendiente todavía del cierre de la operación para que el 29,7% de su capital sea asumido por un consorcio liderado por la compañía siderúrgica vasca Sidenor, se encuentra en un delicada situación financiera. Para mejorar su estructura de capital, reforzará sus fondos propios con 150 millones a través de una ampliación de capital y la emisión de bonos convertibles en acciones, operación en la que participará la sociedad pública SEPI; y con una nueva estructura de financiación para adaptar los plazos y vencimientos a la ejecución y generación de caja de sus proyectos. Esta nueva estructura, que prevé tener lista en el último trimestre del año, comprende una financiación de 650 millones a seis años con póliza de la sociedad pública CESCE, una línea de circulante de 120 millones a cinco años y un seguro de cobertura de avales CESCE por importe de otros 500 millones de euros (antes de aplicar el porcentaje de cobertura) con una cobertura del 50%.
Aunque esta estructura debería servir para apuntalar a medio y largo plazo las finanzas de la compañía, a corto plazo, su panorama es más sombrío. Según las previsiones que ha presentado al mercado, Talgo espera que su ebitda -ganancias brutas- sea de cero al cierre del ejercicio 2025 por el impacto del recorte del pedido de la alemana DB y por el acuerdo para finalizar el procedimiento judicial en Los Ángeles que ha tenido un impacto negativo en el propio ebitda.
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