Turismo

La "Suiza murciana", un paraíso escondido a menos de una hora de la capital

Lagos cristalinos, amplias praderas y una gran flora natural forman parte de este rincón de la Región de Murcia

La "Suiza murciana", un paraíso escondido a menos de una hora de la capital
La "Suiza murciana", un paraíso escondido a menos de una hora de la capitalMETEOSE/GinesMir

Existen rincones prácticamente desconocidos, que hacen de sus enclaves todo un paraíso terrenal. Espectaculares montañas, lagos cristalinos, flores silvestres y un verde intenso son algunos de los magnetismos más demandados por los amantes de la naturaleza, en un momento en el que el ajetreo del día a día nos lleva a prácticamente vivir a toda velocidad.

Por ese motivo, hacerse eco de uno lugar de calma y paz puede ayudar a frenar, a coger aliento y disfrutar de las pequeñas cosas, que sin duda, son las más valiosas.

Desde la Asociación Meteorológica del Sureste se ha compartido imágenes de la "Suiza murciana", un enclave natural situado a menos de una hora de Murcia capital y en el que las inmensas praderas, las flores rojas y un lago transparente transportan mentalmente a las imágenes del norte de Europa, a esos enclaves únicos en la Tierra.

Gracias a las lluvias de las últimas semanas, todo se ha teñido de un color natural mucho más intenso, y por eso el entorno de la sierra de La Lavia, La Selva y el Lago del Manzano se han convertido en todo un símbolo de calidad medioambiental que hacen que estos rincones sean un remanso de paz a tan solo unos minutos en coche del centro.

Este lugar también se ha convertido en todo un reto para los amantes del senderismo, ya que no únicamente cautiva su espectacular belleza, sino que también invita a la desconexión, a la meditación y a conectar con uno mismo y con el entorno.

Se trata de uno más de los muchos rincones que posee la Región de Murcia por descubrir, por disfrutar. Todo un remanso de paz y tranquilidad que hace de esta comunidad un símbolo natural, idóneo para los amantes del aire libre, del silencio, y de la belleza de lo eterno.