Historia

El desconocido "Titanic del Mediterráneo" que yace en las profundidades de Cartagena

Este buque transatlático se dirigía a América cuando naufragó en 1906

El Sirio se hundió el 4 de agosto de 1906 tras chocar en Cabo de Palos
El Sirio se hundió el 4 de agosto de 1906 tras chocar en Cabo de PalosRegMurcia

La historia del hundimiento del Titanic en 1912 es conocida por cualquier persona del planeta. Un hecho que marcó todo un siglo y que logró llegar a nuestros días gracias a la mítica película de James Cameron protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. El hundimiento de este transatlántico que, en teoría, era insumergible, es una de las muescas que quedan en la historia reciente del siglo pasado, pero no es la única. Durante cientos de años, el hundimiento de barcos y embarcaciones ha llenado los fondos marinos de restos que, quizá, nunca lleguen a encontrarse.

Uno de los más cercanos a nuestro territorio nacional se encuentra a orillas del Mar Mediterráneo, y hay que remontarse poco más de cien años para conocer la historia del transatlántico bautizado como "El Sirio", un buque de 4.141 toneladas y de nacionalidad italiana.

Este "Titanic del Mediterráneo", como lo ha nombrado National Geographic, navegaba el 4 de agosto de 1906 frente a las costas de La Manga, en la Región de Murcia, para dirigirse hacia América. Su capitán, Giuseppe Piccone, descansaba en su camarote durante la sobremesa. En su lugar, un suboficial tomó el mando de la nave.

Tal y como recogen los archivos de la Región de Murcia a través de Antonio Gómez-Guillamón Buendía, "era un día soleado y caluroso de verano, con gran visibilidad y el mar en calma". El barco surcaba el mar muy cerca de la costa, a unos 1.500 metros, a pesar de la existencia de bajos marinos, señalados por el Faro de las Hormigas.

"Alrededor de las cuatro de la tarde, el Sirio chocó a una velocidad de 15 nudos contra el Bajo de Fuera de las Islas Hormigas en Cabo de Palos. El barco quedó levantado de proa y reposado sobre la punta de la roca que le había rasgado el bajo, con un ángulo de inclinación de 35 grados; el casco y la popa se partieron; y las calderas explosionaron". De esta forma, recoge que el capitán Piccone no reaccionó y el pánico se apoderó de los pasajeros, quienes luchaban desesperadamente por subir a los botes salvavidas del Sirio.

Entre los pasajeros distinguidos del Sirio se encontraban, en el momento de la catástrofe, la cantante Lola Milanés (fallecida); el obispo de Sao Paulo, José de Camargo (fallecido); el arzobispo brasileño de Pará, José Marcondes (superviviente); el tenor de ópera José Maristany (superviviente); el cónsul de Austria en Río de Janeiro, Leopoldo Politzer (superviviente); el médico Franco Franza (superviviente); y el maestro Hermoso (superviviente), director de la banda musical del Hospicio de Madrid, tal y como figura en los archivos regionales.

Consecuencias del hundimiento

El rescate del Sirio constituye, en la Historia de España, la mayor operación civil de salvamento en la costa. El vapor Marie Louise fue el primer barco en acercarse al Sirio tras la tragedia. El buque galo salvó la vida de 44 pasajeros y, a continuación, viró su rumbo hacia Alicante. Este barco había partido del puerto de Cartagena en dirección a Alicante y cubría la ruta entre Orán (Argelia) y Marsella (Francia).

La tragedia del Sirio costó la vida a centenares de personas. Las cifras de víctimas mortales varían según las fuentes. La alcaldía de Cartagena contabilizó la muerte de 242 pasajeros de los 812 totales y el Ministerio de Marina habló de 283 muertos de los 920 pasajeros del trasatlántico.

Los pescadores trasladaron a los supervivientes en sus embarcaciones a la Playa de Poniente de Cabo de Palos. Allí se concentraron la mayoría de los náufragos del Sirio. Los remolcadores del Arsenal y el pailebote de Vicente Buigues llevaron a los supervivientes hasta el puerto de Cartagena, entre ellos estaba el capitán del Sirio, Giuseppe Piccone.

La solidaridad ofrecida por los vecinos de la zona fue inigualable. Los habitantes de Cabo de Palos donaron a los náufragos víveres y ropa. Además, las autoridades de Cartagena enviaron remolcadores a la Playa de Poniente de Cabo de Palos con alimentos de primera necesidad. La mayoría de los náufragos fueron trasladados a Cartagena.