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Nick Waterhouse: no le llamen «retro»

Nick Waterhouse, culto a la vieja usanza
Nick Waterhouse, culto a la vieja usanzalarazon

Es uno de los grandes renovadores de la música soul y del rock & roll clásico de los últimos tiempos. Con su aclamadísimo primer trabajo, «Time's all Gone», Nick Waterhouse demostró que se puede recurrir al género más canónico y refrescarlo al más puro estilo del siglo XXI, como hacen sus paisanos y también fabulosos Allah Las, sin ir más lejos. Sin embargo, a su trabajo las críticas le añaden la molestísima coletilla de «retro», y en muchas entrevistas se ve obligado a contestar más sobre su manera de vestir sesentera que sobre su canciones. «No puedes controlar lo que dicen de ti, sólo lo que tú haces. Pero resulta molesto que te pongan el apellido ''retro'' constantemente, porque es como si, para los que lo utilizan, mi arte no perteneciera a este mundo, fuera ajeno a la realidad, llegase de otro tiempo en una nave espacial. Decir eso de mi trabajo y mis canciones me hace sentir como si fuera un extraterrestre», comenta en conversación con este diario antes de presentar, hoy en Madrid, mañana en Valencia y el domingo en Barcelona, su último trabajo, el espléndido «Holly».

Cuatro palos musicales

«Es una forma de colocarte en un estante, una manera de poner un velo sobre tu trabajo, pero desde luego para mí tiene un componente despectivo. Sería como decirle a un pintor hoy que es retro porque no hace fotografías», comenta Waterhouse, que ha logrado que la mezcla de géneros soul y rock & roll suene irresistiblemente contemporánea. «Me preguntas cómo lo hago y no sé qué decir: creo que simplemente trato de ser sincero y honesto conmigo mismo. No hacer algo que no esté totalmente de acuerdo con la música que siento y con la que aprendí», comenta. Porque no es ningún alien, sino que se crió en Los Ángeles en este cambio de siglo pero aprendiendo de la tradición para hacerla andar. «Sí, lo que pasa es que yo no lo miro en esos términos absolutos, no comparo esos pesos históricos específicos, sino que lo entiendo como el oficio o la artesanía que es hacer canciones. Si quieres ser carpintero, has de aprender a trabajar la madera de los que saben; y si quieres cantar, ya sea folk, rock o lo que sea, de quienes hay que aprender también se trata de tus mayores». Pero hace falta tener ideas. «Desde luego. Está claro que son mis propias ideas lo que hacen que tú sientas mi música como algo vital y no como una pieza de museo cubierta de polvo. Así que puede que mis ideas sean la clave, pero, ¿sabes?, no sé de dónde vienen las ideas». Uno de los rasgos que hacen contemporáneo el sonido de Waterhouse, que es un animal escénico que suele acompañarse de una excelente banda en directo, es la virtud de incluir el menor número de elementos posibles, de dejar las canciones en crudo. Waterhouse se ríe. «Puede que eso que tú escuchas como casi sin acabar esté muy bien, porque esa es la idea. Pero te voy a decir una cosa sobre lo que dices del número de elementos: aunque no los percibas, a veces hay 14 o 15 cosas ocurriendo a la vez. Pero de una forma muy sutil. Y la gente piensa que es más sencillo o más simple de lo que en realidad es», explica. Ya lo advertía antes: Waterhouse es un artesano que sólo graba utilizando medios analógicos, aparatos que tienen corriente eléctrica y que son imperfectos. «Porque es la manera en la que sé trabajar, y no quiero complicarme la vida. Este disco me ha llevado un larguísimo tiempo de preparación. Probé muchas alternativas para cada decisión final, ensayé con personas diferentes y fue un proceso muy laborioso». En su cabeza, las ideas están esbozadas desde el comienzo. «Suelo tener la escena general de lo que quiero que termine siendo cada canción, y muy raramente acaban siendo otra cosa. Poseo una noción vaga de algo que se va concretando». Como pintar un cuadro. «Sí, pero en vez de pintar con lo que algunos llamarían el ''ojo interno'', en mi caso se trata de pintar con el ''oído interno'', lo que yo creo que hace ese trabajo de imaginación infinitamente más abstracto», asegura.

Influir en el paisaje

El paisaje también tiene una presencia. «Pienso que en este disco está más presente Los Ángeles que nunca. Las canciones surgen de un lugar que no sabes cuál es, pero al mismo tiempo tienen un anclaje en un escenario concreto porque tú aspiras a que la gente las escuche en él, formen parte del entorno y le devuelvan algo al paisaje. Esa es la manera en la que la música ha cambiado la historia, las conductas, y ha definido al mundo. Es la forma de que tenga relevancia». La cuestión es saber cómo reciben esa tradición tan estadounidense en Europa. «Muy bien, y en España mejor que nunca. Tenéis una escena de ''garage'' bastante activa aunque ''underground'' en la que me siento cómodo siempre que voy, porque es más cálida que la nuestra. Me siento bien recibido siempre. Es fascinante ir allí y verlo».