Opinión

España se balcaniza

A pesar de que viendo las teles, escuchando las radios y leyendo los periódicos pareciera que en España sólo hay dos problemas, Cataluña y Cifuentes, no es así. Hay un totum revolutum de marrones que se resumen en un palabro: balcanización. Las grandes crisis, las que de verdad ponen patas arriba un país, se larvan poco a poco cual gota malaya. ¿Acaso alguien piensa que el advenimiento de la República y la fuga cartagenera de Alfonso XIII se produjeron de la noche a la mañana? Fue un proceso largo, como está resultando el más grave que ha afrontado la nación más antigua de Europa: la centrifugación territorial. Cataluña es parte del problema pero, para nuestra desgracia, no es el único problema.

Esa crisis viene de hace 38 años cuando se dejó la entonces región más próspera en manos del mayor ladrón de la Europa contemporánea, Jordi Pujol, que construyó un Estado travestido de autonomía mientras los inquilinos monclovitas silbaban mirando al cielo. El lío vasco es menos lío que hace una década porque ETA ya no asesina físicamente aunque sí civilmente. Pero no es menos cierto que el PNV lleva incrustado en su ADN el concepto independencia. Lo de la Comunidad Valenciana es otro drama porque tanto el PSOE como Compromís están más por el alejamiento de España que por la vertebración. Para parte de los socialistas y la totalidad del Bloc, el partido mayoritario de Compromís, los Països Catalans son la tierra prometida. Es más, el partido de Oltra, Ribó y Morera contempla en sus estatutos la unión con Cataluña y «la autodeterminación [sic]».

Navarra, mi patria chica, está al borde del colapso por culpa de un Gobierno batasuno-podemita que impone el euskera (lo habla el 7% de la población) hasta en los recreos, cuelga ikurriñas en las instituciones y más pronto que tarde tirará de la disposición transitoria cuarta de la Constitución para intentar la anexión al País Vasco. En Baleares está todo perdido. La socialista Armengol ha catalanizado al 100% las aulas, prostituye la historia en los libros de texto, veja los símbolos nacionales y ha impuesto una guerracivilista Ley de Memoria Histórica con la colaboración de Ciudadanos y PP. Lo de Navarra y Baleares no es ninguna broma porque son los grandes diques de contención del nacionalfascismo vasco y catalán. El día que caigan, España se irá a tomar viento.