Opinión

Poner la X en la Declaración

Nos encontramos en plena Campaña de Declaración de la Renta y se nos pide que rellenemos la casilla correspondiente con una crucecita, una X, si queremos destinar parte de nuestros impuestos a la Iglesia Católica y a fines sociales, que no se contraponen, se pueden poner en los dos lugares. La Iglesia en España se financia en gran parte de sus presupuestos del IRPF. Con nuestra aportación en la Declaración de la Renta contribuimos a cumplir con el quinto mandamiento de la Iglesia: «Ayudar a la Iglesia en sus necesidades». La Iglesia tiene, sin duda, una misión religiosa, espiritual, divina. Pero la Iglesia está encarnada en el mundo, vive en el mundo y tiene también sus necesidades para poder llevar a cabo la misión que la constituye.

Es preciso que caminemos hacia una mayor autofinanciación de la Iglesia, ¡ojalá fuese posible total autofinanciación, porque eso supondría una Iglesia más libre y más disponible o en disposición plena para evangelizar! Por eso invito a todos los fieles a que tomemos conciencia del deber que tenemos para con la Iglesia, invito asimismo a que a los sacerdotes no nos acompleje hablar y enseñar sobre estos temas.

El momento es importante. Las necesidades son muchas y son conocidas: hay que atender a los sacerdotes, atender a la nómina de los empleados laicos que trabajan en diversas tareas que deben ser retribuidas, sin tener en cuenta el grandísimo número de voluntarios; hay que atender al amplio y rico patrimonio histórico-artístico y a los muchos templos que tenemos y que han de mantenerse en buen estado, o a los nuevos que hay que edificar; hay que preocuparse del Seminario Diocesano, de la Facultad de Teología; hay que acudir a las necesidades de nuestros hermanos más pobres, refugiados, migrantes o sin techo, enfermos o abandonados, y ayudar a otras Iglesia más necesitadas; y atender las exigencias nuevas que la misión de la Iglesia reclama en los tiempos actuales, por ejemplo la utilización de medios de comunicación, la formación de agentes de pastoral o la enseñanza.

Nuestra diócesis de Valencia, tiene compromisos adquiridos muy firmes y está muy vinculada a las misiones, en concreto ahora, a los Vicariatos Apostólicos de San José del Amazonas y Requena, en Perú. Además, si se observan los Presupuestos anuales de la Diócesis, a los que todo el mundo tiene acceso y son transparentes, podrá verse que más del 35% de los gastos están destinados a obras y fines sociales, y la financiación de todo ello tiene que salir necesariamente de: la asignación tributaria de los ciudadanos que libremente señalan con la X en la casilla de su Declaración de la renta; de las colectas dominicales, de las limosnas que quieran aportar personas e instituciones; de los ingresos que se perciben por la visita a algunos monumentos, de las aportaciones de los sacerdotes al Fondo Común Diocesano. Por eso invito a los fieles cristianos a que pongan la crucecita, la X, en su Declaración de la Renta. Soy consciente, y me duele, que haya campañas para que no se ponga. Acuden a tal o cual caso que consideran injuria, a que si ha habido tal o cual comportamiento de clérigos o de Obispos, en determinados lugares o regiones. ¿Qué tiene que ver esto con la Iglesia, con el bien que hace la Iglesia?

Negar esta contribución es negar lo que la Iglesia es y hace en favor del hombre, de la sociedad, y de la humanidad entera.

Por poner un ejemplo, cuando la Iglesia coloca a Dios en el centro de todo, cuando predica el Evangelio, cuando ora, cuando atiende a los enfermos, a los sin techo, cuando educa en sus colegios o Universidades, cuando difunde una pastoral de santidad, cuando se esfuerza por extender su doctrina social sobre derechos humanos inalienables, cuando defiende y protege la vida y la verdad de la familia, está contribuyendo de manera decisiva al bien común, a la vertebración de la sociedad.

No estoy pidiendo nada que atente a nadie, sino solicitando con humildad, y pidiendo perdón por mis pecados y los de los que la formamos, una ayuda que la Iglesia necesita: acerquémonos a la Iglesia, conozcámosla sin prejuicios y veréis su aportación a los hombres. A los fieles cristianos les digo: no neguéis esta ayuda que pide la Iglesia. Negar esta ayuda es un pecado contra la Iglesia, es un no sentirse Iglesia a la que debemos ayudar en todos los órdenes, también en el económico.

Finalmente es bueno aclarar que lo declarado en una diócesis en favor de la Iglesia no se destina a esa diócesis: va destinado al Fondo Común Interdiocesano, que administra y distribuye equitativamente cada año la Conferencia Episcopal en total transparencia. Hay una solidaridad y un compartir común entre todas las diócesis.

¡ANÍMENSE Y PONGAN LA CRUCECITA, LA X, EN LA DECLARACIÓN DE LA RENTA! ¡No dejen de hacerlo!