Opinión
La necesaria unión del centroderecha
En términos prácticos lo mejor que hemos hecho en estos últimos 40 años es el bipartidismo. Tan cierto es que éticamente no es lo más justo como que con el turnismo vivíamos mejor con esa virtuosa centralidad como nada oscuro objeto del deseo de PSOE y PP. Tanto los unos como los otros sabían que no les quedaba otra que tender al centro porque allí era donde se ganaban las elecciones. Una decisiva que no mayoritaria masa de votantes que cuando se inclinaba a la izquierda otorgaba La Moncloa al PSOE y que cuando apuntaba con el dedo a la derecha se la arrendaba al PP.
El primero que lo entendió mejor que nadie fue el Felipe González de la renuncia al marxismo y el segundo un José María Aznar que conquistó la mayoría absoluta que siempre se le había resistido a su partido con su mítico «Viaje al centro». La irrupción de los partidos de la nueva política, los centrados Ciudadanos y los comunistas de Podemos, hizo saltar por los aires el status quo. Esta nueva realidad tiene su parte buena en el caso del partido de Albert Rivera, que es en estos momentos el gran adalid de la España ética y constitucional, y una mala llamada Pablo Iglesias, que pretende importar a nuestra democracia los modos y maneras de una dictadura bolivariana que mata de hambre a sus conciudadanos. Pero la ausencia de mayorías sólidas, el anterior presidente gobernaba con 137 diputados y el nuevo con 85, ha provocado la italianización de la vida pública. Una inestabilidad supina que inquieta a los mercados, que amenaza con poner en riesgo nuestra recuperación económica y que paraliza la acción legislativa. Ya prácticamente no se aprueban leyes en el Parlamento... y lo que te rondaré morena con un Senado con mayoría absoluta popular.
La elección de Pedro Sánchez, sin embargo, trae consigo una novedad que muy pocos han advinado: el Frente Popular. La izquierda se ha unido para echar a Rajoy y veremos si no lo hace gobernando todos a una, aunque esto último es más complicado. Consecuencia: el centroderecha no puede ir desperdigado. Ha de unirse bien muriendo PP y Ciudadanos para crear una nueva UCD, bien presentándose coaligados a las generales para sacar el máximo rendimiento a cada uno de los votos emitidos. Si cada uno va a lo suyo, habrá Frente Popular para rato.
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