Opinión

#YoConinés

Inés Arrimadas, la Marianne de la resistencia cívica en Cataluña, sufre el acoso de los supremacistas. No le perdonan que ganara las elecciones en diciembre, ni su empecinamiento en liderar la rebelión contra el catecismo del nacionalismo obligatorio. Ese narcisismo ideológico, esa puerilidad de coros y danzas que tanto gusta a los partidarios de disolver la ciudadanía en el magma identitario y agruparnos por raza, religión y lengua. En una viñeta vomitiva representan a Arrimadas desnuda y rodeada de monigotes. Aspiran a montarle un cordón sanitario y suspiran porque ingrese en la leprosería. Como buenos fascistas, hermanitos del fascismo del norte de Italia y la Bélgica de camisa negra, lloriquean por las afrentas imaginarias mientras urden la muerte civil de quienes desafían su podredumbre. Puta, cerda y guarra son los términos habituales para una Arrimadas imparable. No le perdonan el arrojo y la lucidez, la decencia. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mostrado su apoyo al grito #YoConinés. Bravo. Aunque Adriana Lastra, portavoz socialista, opta por marcarse un discursito a cuenta de la sororidad y el 8-M y las mujeres en los pueblos pequeños y blablablá. Se trata de la misma Lastra que hace unos días se preguntaba por el futuro del partido Ciudadanos cuando el Gobierno «solucione la fractura social». Criatura. Como le explicó la gran Aurora Nacarino-Brabo, «cuando se solucione la fractura social en Cataluña, la ganadora de las elecciones, Inés Arrimadas, podrá pasear por las calles de su ciudad sin que la llamen puta o la deseen violaciones en grupo. Y sin tener que padecer la xenofobia de quienes quieren echarla de Cataluña y utilizan sus orígenes sociales para atacarla». La fractura social, Lastra, a cinco minutos de ser suturada, debe de ser lo que llevó a un Toni Soler a escribir que «Si fuera por Ciutadans, Catalunya sería Murcia». Luego llegó otra racista, Nuria de Gispert, y añadió «Toni, para Ciudadanos, Catalunya sería Murcia o Cádiz». Este domingo Empar Moliner afirmó que la líder del Ciudadanos visita pueblos para montar el pollo. Con un alucinante sentido patrimonial de las calles explicó que «Ir a buscar la foto en una fiesta popular es pasarse. Mucha gente va con los niños y no es día de políticos gritando. Vaya solo a los lugares que está dispuesto a querer». Se refiere a la próxima presidenta de la Generalidad. Inés Arrimadas, sí.