
Puntazo
La «necedad» del militante socialista
Sánchez se presenta como víctima y campeón de la lucha contra la corrupción, juzga y condena al PP y calumnia a la Guardia Civil.
Pedro Sánchez no es un líder que se haya caracterizado por el respeto a los ciudadanos. Ha dado muestras de que no siente mayor empatía por los españoles que no votan a la izquierda. Pero desde los escándalos de corrupción que lo anegan, hemos constatado, como intuíamos por su peripecia, que tampoco lo tiene con los afiliados a su partido. Su carta pública a los militantes, después del informe de la UCO que puso negro sobre blanco lo que era más que conocido en las interioridades de Moncloa y de Ferraz, ha sido un punto y seguido al provocador relato en el que se presenta como víctima y campeón de la lucha contra la corrupción, juzga y condena al PP y calumnia a la Guardia Civil, entre otros brochazos del lienzo político que lo retrata. Con seguridad, Sánchez ha dado por hecho que el socialista de base es un ignaro, además de un devoto creyente de su iglesia, que ni lee ni escucha sobre los albañales del presidente. Queremos pensar que desconoce a sus compañeros tanto como al resto de los españoles.
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