Opinión
El juez y la modelo
A este juez que se burla al acabar la vista sobre la denuncia de la modelo por violencia machista, le han pillado. Olvidaron apagar las cámaras y se le escucha guasearse sobre algo terrible: «Ya verás cuando se entere de que tiene que entregar los niños al padre este fin de semana», dice.
No se cree este señor a María. No recuerda tampoco los últimos asesinatos de padres maltratadores a sus hijos para vengarse de sus ex parejas. No parece ni siquiera dudar. Tampoco lo hizo durante el juicio. Comentan que cuando ella le relató que tenía miedo a un cuchillo extraño que había aparecido por su casa, el juez le contestó: «Hay un cuchillito que le da miedito». Pero le han descubierto y ahora tendrá que pagar por el trasfondo de sus palabras denigrantes. Porque lo importante de todo esto es que ha trascendido y ha salido a la luz, a través de uno, lo que sienten muchos.
Las mujeres maltratadas ya lo cuentan. Expresan que cuando van a denunciar se encuentran con diversas actitudes maliciosas. Dicen que en los juicios se sienten juzgadas. La violencia machista está en el tuétano de nuestra sociedad que educa a los varones para el poder, la fuerza y la posesión de las mujeres; pareciera que más cuestionadas aún cuando son guapas. Está en el subconsciente y en el resentimiento de algunos hombres heridos. Y está en jueces, y en algunas de sus compañeras que les ríen muchas de sus gracias. Luego matan a las mujeres o a sus hijos y ya está. Pero ni a nosotras ni a ninguno de los pequeños les dan siempre crédito cuando contamos el horror por el que han pasado.
Acabo recordando algo que resulta fundamental para entender esta situación: según la Fiscalía General del Estado solo hay un 0,01 de denuncias falsas sobre violencia machista. Echen ustedes cuentas.
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