Opinión

Sellos y mosqueteras

Evaristo Acevedo, el gran colaborador de «La Codorniz», autor de la «Cárcel y la Comisaría de Papel» fue cartero en su juventud. Posteriormente, junto a Camilo J. Cela y Antonio Mingote, «Cartero Honorario» de Correos. Decía Evaristo que su timidez se resentía cuando tenía que llevar una carta certificada o un giro o un oficio a los domicilios particulares, porque la chapa que garantizaba la oficialidad del servicio podía interpretarse como una incitación sexual: «Correos». En España, Correos funcionaba a la perfección y era una empresa pública que gozaba de un alto prestigio. Ahora, en la actualidad, es la empresa del Estado con más empleados, 50.000, y factura cada año en torno a los 2.000 millones de euros. Su presidente es el mejor pagado de las empresas públicas, con un sueldo en torno a los 200.000 euros. El nuevo presidente de Correos es la mano derecha del doctor confuso, y ha entrado en la poderosa empresa como un elefante en una cacharrería. Tendrá a su disposición miles de millones de euros para publicitar al doctor que no quiere ir al Senado a explicar sus trampas, porque de hacerlo dejaría de ser doctor, y lo que es más grave, presidente del Gobierno. El nuevo mandamás de Correos se ha cepillado a toda la cúpula directiva y ha colocado a los suyos con una chulería digna de ser resaltada: «Desde Correos voy a hacer todo lo posible para que Pedro gane las elecciones. Si con 200.000 euros de “crowdfunding” lo llevé a La Moncloa, fíjate ahora con lo que tengo». La empresa pública más poderosa de España al servicio del presidente del Gobierno. El individuo se llama Juan Manuel Serrano y fue jefe del Gabinete del inestable doctor tramposo.

Simultáneamente, ha rescatado a una de sus chicas preferidas, Irene Lozano, para presidir la «Marca España». Su anterior presidente, Carlos Espinosa de los Monteros, un prestigioso empresario, ha percibido 0 euros –cero–, en compensación a sus años de brillante trabajo. Irene Lozano cobrará 70.000 por ocupar una presidencia para la que no está preparada. Resulta curioso que sepamos lo que percibirá la periodista, antigua diputada de UPyD y enchufada de Sánchez en su nueva andadura, y nada sepamos del sueldo que gana por salvar a los africanos Begoña Gómez en la empresa privada que se ha sometido a las presiones, los caprichos y las indudables ventajas subvencionadas que procura el poder. Y falta la tercera de las chicas de Sánchez, la ex comandante Zaida Cantera, íntima de Irene Lozano, que soñaba con unas Fuerzas Armadas sin jerarquías. La bella ex militar es otra de las debilidades del doctor en dudas, y será reclamada en pocas semanas para presidir cualquier cosa, como está mandado. Me atrevo a proponerla para dirigir el CNI, aunque ello perjudique al general Sanz Roldán, que es demasiado inteligente para moverse entre la chusma del poder actual.

Los mosqueteros eran tres pero se acopló D´Artagnan, el cuarto y más valioso. Porthos, Athos y Aramis eran poca cosa sin D´Artagnan. Y las mosqueteras de Sánchez, por ahora, a falta de la D´Artagnana, son Begoña, Irene y Zaida. Reprobada por el Congreso de los Diputados, propongo a la ministra de Justicia como la D´Artagnana que completa el cuarteto. Lo tiene todo para convertirse en la mejor mosquetera.

Y vuelvo a Correos. Creo que es urgente emitir una serie filatélica dedicada a las mosqueteras. Un sello, de 0,50 euros de valor facial con Zaida Cantera. Un segundo, de 0,75 euros con Irene Lozano. El tercero de 1,50 euros con la efigie de la ministra reprobada, y el último, más grande que los tres anteriores y con un valor facial de 5 euros, con Begoña Gómez con un fondo de poblado Masai, o Bantú o Bosquimano. Este último sello, en multicolor, para establecer los requisitos que marcan las diferencias. Serrano, me debes una.

Mientras tanto, la Fiesta Nacional de España ha borrado la palabra y el concepto de España, el presidente de los empresarios españoles, Juan Rosell se dedica a visitar a presos golpistas, y el amigo Maduro ha dispuesto el asesinato de un contrincante político encarcelado, y todos callados. Para que luego digan que España está en crisis y los Derechos Humanos en entredicho.