Bebés robados

Nunca he sido capaz de entrar a reflexionar sobre este asunto porque me espeluzna. Me espeluzna y me espanta que un hombre, un vulgar ser humano, amparándose en su poder y en su credo, sea capaz de hacer lo que hizo el tal doctor Vela. En aquellos años los tocólogos tenían una arrogancia increíble. Yo que trabajé de jovenzuela en la Maternidad de O´Donnell como auxiliar de clínica, recuerdo a la mayoría de esos médicos actuando como diosecillos. Quizá el ayudar a dar vida les hacía perder la cabeza y sentirse omnipotentes. Yo les temía y, aún hoy, tengo pesadillas de que vuelvo a esa oscura Maternidad y corro por pasillos lóbregos rodeada de batas blancas desatinadas. Vela, ha sido declarado culpable de robar niños con las peores artes. Pero no ha sido condenado porque el delito ha prescrito. ¿Puede caducar algo así? La demandante, Inés Madrigal, la única criatura robada que ha conseguido sentarle en el banquillo, recurrirá al Supremo. Ella no pide que vaya a la cárcel, pero quiere ayudar a otros muchos, también saqueados por este hombre y sus compinches. En realidad, lo sustancioso sería que este anciano se arrepintiera. Que tuviera una revelación y se diera cuenta de que no hay dios dentro de él. Que sintiera compasión por sus victimas y hablara. El todavía podría dar datos a esas personas que quieren conocer sus orígenes, saber si su madre biológica lo abandonó o si fue arrebatado. Encontrar las raíces, algo tan valioso para todos los seres humano. Creo que Inés intentó conversar con él y le fue imposible. Pero hay expertos y métodos para llegar a la verdad de las personas. Y luego que se vaya, dejando paz.