Opinión
Mamarrachez
Se me antoja inconcebible que haya tanto mamarracho opuesto a la presencia del Rey Don Juan Carlos I en los actos conmemorativos del cuadragésimo aniversario de la Constitución. El Rey la impulsó y el Rey la sancionó. El mamarracho con mando en plaza y conde de La Navata ha advertido que de ir el Rey Padre, él se ausentará. Pues que se ausente. No se notará su ausencia. Por otra parte, el grupo de partidos y asociaciones del conde de La Navata desea fulminar la Constitución de la libertad que el 6 de diciembre se homenajea. «Vivo tan por encima de mis posibilidades que por decirlo de alguna manera, vivimos aparte», escribió el gran Saki. El señor conde vive aparte de la Constitución, del tiempo de la Constitución y del espíritu de la Constitución.
Fueron aquellos años duros, severos y luminosos. Los españoles aprobamos la Constitución con abrumadora mayoría. La ETA y el GRAPO redoblaron su criminalidad y amanecíamos todas las mañanas con inocentes asesinados. Hoy, los herederos de aquellos canallas sostienen con sus votos al Gobierno «okupa» de Sánchez. Y hoy, los herederos de CIU y el PNV se han declarado abiertamente separatistas. ¿Por qué van a celebrar el cumpleaños de lo que aborrecen?
Pocos años después de ser aprobada y sancionada por el Rey la Constitución, Javier Arzallus, a petición propia, fue citado en La Zarzuela. Durante la espera a ser recibido por el Rey habló con Sabino Fernández Campo. «Creo Sabino que nos hemos equivocado en el PNV, eligiendo el camino del Estatuto cuando lo que nos pide el cuerpo es el camino de las armas». En las «Memorias» de Juan María Bandrés, en un párrafo estremecedor, narra el diputado de «Euskadiko Eskerra» –rama política de la ETA PM–, las maniobras de Arzallus en el sur de Francia. «Cuanta más leña deis, más transferencias tendremos». Una primera versión de su célebre «Unos menean el árbol y otros recogemos los frutos». Sabino informó al Rey del contenido de la charla, y el Rey mandó a Arzallus a paseo. «Que lo reciba su padre». No obstante, Arzallus intentó mantener su doble juego con la Corona y el hacha y la serpiente. En el funeral de Estado en El Escorial oficiado por el cardenal Suquía por el alma del Conde de Barcelona celebrado el 7 de abril de 1993, se sentaban a pocos metros de mi humilde ser Arzallus y Anasagasti. El cardenal-arzobispo de Madrid se mostró muy elogioso con la figura de Don Juan y su sacrificado exilio para mantener la independencia de la Corona y la reconciliación de todos los españoles durante el régimen de Franco. Cuando Don Juan recuperó su condición de vecino de Madrid, solicitó ser recibido por el cardenal Suquía en dos ocasiones, y no obtuvo respuesta. En fin, las cosas de la vida, y sus sorpresas.
La Constitución no es perfecta, pero gracias a ella los españoles somos libres. Creo que su defecto legal se ubica en los artículos referentes a las autonomías. No supieron ver los padres de la Constitución que las autonomías se convertirían, con el paso de los años, en las principales estancias de la corrupción y los gastos demoledores de nuestra economía. Hoy, los españoles, pagamos a centenares de miles de parlamentarios autonómicos, funcionarios y asesores perfectamente prescindibles. Vendiendo jamón a los chinos podremos equilibrar un poco la balanza, pero aún así no me salen las cuentas.
Tiene mucho más de bueno que de malo la Constitución que cumple cuarenta años. Y por lógica y justicia, el Rey que la impulsó y sancionó tiene que estar presente en el acto principal. Si, por su presencia, los mamarrachos y desgarramantas de nuestra política actual deciden ausentarse, que lo hagan sin problema alguno. Nadie los echará de menos, porque ellos y la Constitución, como Saki y sus posibilidades económicas, viven aparte.
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