Amazon Prime Day 2025

Opinión
La Comisión Europea ha impuesto esta semana una nueva multa a Google. Y ya van tres. En esta ocasión, el importe ha sido de 1.500 millones de euros, inferior a los 2.400 millones con los que se le castigó en el caso de Google Shopping o los 4.300 millones del caso Android. Así, y tras esta tercera multa, la Unión Europea ya habrá parasitado 7.200 millones de euros a la tecnológica estadounidense a lo largo de los últimos años. ¿Por qué? Supuestamente por abusar de su posición de dominio en el mercado y cercenar la competencia. En el último caso que nos ocupa –la reciente sanción de 1.500 millones de euros– Google la habría socavado en el mercado de anuncios online.
Pero exactamente, ¿de qué se le acusa? En el sector de anuncios online, Google actúa como intermediario entre dos partes: los anunciantes (aquellas empresa que quieren publicitar un determinado producto o servicio) y los propietarios de páginas web (aquellas personas dueñas de un portal que están dispuestas a ceder parte del espacio de su página). Google se coloca en medio de ambos, cobrando a los anunciantes y pagando a los dueños de páginas web. Por consiguiente, Google ha de preocuparse por prestar un buen servicio a ambos lados del mercado de anuncios: no sólo a los propietarios de páginas web, sino también a los anunciantes. Si Google les presta un mal servicio a alguno de ambos (si, por ejemplo, quiere pagar demasiado poco a los propietarios de páginas web o cobrarles demasiado a los anunciantes), entonces no sólo Google saldrá perdiendo, sino también los anunciantes o los dueños de páginas web (si los anunciantes no quieren anunciarse, los propietarios de páginas web no cobran por los anuncios; y si los propietarios de páginas web no ceden su espacio, los anunciantes no pueden anunciarse).
Pues bien, justamente para proporcionar un buen servicio a ambos lados del mercado, Google estuvo durante años suscribiendo con los propietarios de páginas web acuerdos de «posicionamiento preferente». Es decir, los dueños de páginas web se comprometían a ubicar los anuncios de Google (y, por tanto, de aquellas empresas que aparecieran publicitadas en ellos) en una posición preferente dentro de su portal. Fijémonos en que esta práctica es totalmente equivalente a que el anunciante negociara directamente con la web que sus anuncios aparecieran en una posición destacada (al igual que los anunciantes en televisión negocian en qué franjas horarias aparece su publicidad). La única diferencia es que la negociación no la desarrolla directamente el anunciante, sino Google en su nombre.
Y así, la Comisión Europea ha terminado acusando a la tecnológica estadounidense de querer restringir la competencia por reservarse en exclusiva espacios dentro de las páginas web que contrataban sus servicios. Desde esa óptica, el objetivo de Google sería evitar que otros intermediarios en el sector de la publicidad online pudiesen competir contra ellos: en realidad, repetimos, lo que hacía Google era garantizar a sus clientes que sus anuncios aparecerían en una ubicación destacada dentro de los portales web contratados. Prohibir que Google suscriba ese tipo de acuerdos sólo llevará a que los anunciantes carezcan de certeza acerca del lugar en el que figurarán los anuncios que contratan y, por tanto, a que estén dispuestos a pagar menos por esos anuncios: algo que, en consecuencia, repercutirá negativamente sobre los propietarios de páginas web, quienes también verán como sus ingresos por anuncios caen.
Por desgracia, la Comisión Europea no entiende cómo funciona este mercado y ha entrado como un elefante en la cacharrería. Su osadía intervencionista la terminará pagando no sólo Google, sino también anunciantes y propietarios de páginas web.
Competencia fiscal
El nuevo equipo económico del PP de Pablo Casado continúa desgranando algunas de sus propuestas para relanzar la actividad dentro de nuestro país. La última ha sido la de modificar el sistema de financiación autonómico para incrementar la descentralización fiscal e incrementar así la corresponsabilidad financiera de los distintos gobiernos regionales. Actualmente, cada autonomía determina su propio nivel de gastos extrayendo recursos del resto de autonomías, lo que promueve su radical irresponsabilidad. Con el cambio propuesto, cada gobierno regional debería financiar sus propios gastos con sus propios impuestos, de modo que aquellos más manirrotos deberán exigirles sacrificios extraordinarios a sus electores (y no a los electores de otras regiones que carecen de capacidad para controlar a ese gobierno autonómico). Más corresponsabilidad y más competencia tributaria entre autonomías se traducirá en menores impuestos para todos.
Pensiones de viudedad asistenciales
El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados, propuso esta semana que las pensiones de viudedad pasen a ligarse al nivel de renta de sus perceptores, de modo que aquellos pensionistas con elevados ingresos (distintos de la pensión) verían fuertemente recortada esta transferencia estatal. Sería un modo de reducir el gasto público en esta partida y mediante el cual convertiríamos un sistema de protección social de carácter contributivo (la pensión que cobro depende exclusivamente de cuánto he cotizado para cobrarla) en un sistema de protección social de carácter asistencial (la pensión que cobro depende de mi nivel de ingresos actuales). Aunque la insostenibilidad financiera de la Seguridad Social probablemente termine haciendo que esta transición sea inevitable, no debemos dejar de constatar que se trataría de la enésima estafa de ese fraude piramidal llamado Seguridad Social estatal. Nos prometieron liebre y nos están dando gato.
La Reserva Federal no sube tipos
La Reserva Federal estadounidense anunció hace unos días que no piensa subir los tipos de interés en lo que resta de año. La noticia acaso reconforte a aquellos que consideran que una política monetaria más restrictiva podría estrangular el crecimiento económico, pero en realidad deberíamos tomarlo como un síntoma de que la economía estadounidense puede hallarse más debilitada de lo que nos temíamos. Que la Reserva Federal haya cambiado aceleradamente sus planes en cuestión de meses no sólo indica que ha terminado cediendo a las presiones de Trump en contra de las subidas de tipos, sino que ella misma está detectando señales de debilidad en EE UU. Esas señales ya son tristemente visibles en la Eurozona y, a tenor de lo anunciado por la Fed, no habría que extrañarse de que terminen siéndolo también en EE UU.
Amazon Prime Day 2025
Amazon Prime Day 2025