Opinión

Señal libre

Para cualquier demócrata, lo importante del juicio por el intento separatista es que los procesados estén correcta y humanamente defendidos. Sus equipos de abogados parecen buenos y, a excepción de algunos clamorosos resbalones de los letrados de Junqueras, Cuixart y Sánchez, que muestran cierta endeblez retórica y jurídica, la impresión general es que todos están en manos de profesionales capaces cuya preparación es la mejor garantía.

Las pruebas en contra de los procesados pintan bastante abrumadoras, algo previsible tras lo que se vio por televisión en septiembre de 2017. No parece que los acusados tengan mucho a rapar. Ante esa evidencia apabullante, la estrategia de varios de ellos va a ser intentar atribuir esa lógica previsibilidad a una imaginaria decisión ya tomada por el tribunal de antemano. Es decir, el viejo truco de intentar confundir correlación con causalidad (que no casualidad) para despistar. Están poniendo la mirada de su estrategia ya en Estrasburgo, confiando en que, tal cómo pasó con Puigdemont en Alemania, el escaso conocimiento de las pruebas de un tribunal más lejano difumine sus responsabilidades.

Sea cual sea el veredicto merecido por los procesados, estos van a empeñarse en decir que han sido víctimas de irregularidades, de un juicio injusto, tercermundista. El ejemplo más claro de esa estrategia es TV3. Al poner a disposición de las cadenas la señal del juicio para que pudiera retransmitirse libremente, TVE escogió una pantalla cuadrada, neutra. TV3 decidió usar desde el principio un pantalla partida donde aparecían mensajes de la dirección editorializando el contenido. En un recuadro, se mostraban textos de supuestas reacciones procedentes de twitter. El momento más grotesco e hilarante fue cuando en esa sección de «reacciones» transcribieron una frase extraída de un discurso del Rey de hace tiempo. Se colocaba en ese marco como si Felipe VI estuviera a pie de pantalla, con su twitter, comentando lo que salía en directo. Una patética necesidad de hiperdimensionar el descarrilamiento de la carretilla independentista contra el muro de la ley. Por muchos comunicados que cuelgue, TV3 no convencerá así de su veracidad o transparencia.