Opinión

El papel del PE

Escribo esta columna antes de conocer el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo (PE), pero todo apunta a la reducción del número de escaños de los populares y socialistas y a un incremento para los liberales, verdes, euroescépticos y populistas. En resumidas cuentas, que va a ser una cámara mucho más difícil de gobernar que la existente en la legislatura que acaba de terminar. Y eso complicará las cosas durante los próximos cinco años, hecho especialmente significativo si se tienen en cuenta los asuntos tan importantes a los que se deberán enfrentar los eurodiputados. El primero, la elección del nuevo presidente de la Comisión Europea y de sus miembros.

Después llegará el debate sobre el Marco Financiero de la UE para el periodo 2021-27, del que dependerá el dinero que haya para financiar la PAC. Casi al mismo tiempo toca la negociación sobre la nueva PAC, si es que Bruselas no retira su propuesta. A la vista de los poderes del PE, los nuevos eurodiputados deberán dar su visto bueno en todos esos asuntos. Por ejemplo, deben ratificar los acuerdos comerciales con terceros países para que sean válidos; actualmente hay negociaciones con Mercosur, Australia y Nueva Zelanda, entre otros.

También deben pronunciarse sobre si el glifosato continuará autorizado en la UE, sobre muchas de las propuestas en materia de cambio climático o sobre el bienestar en el transporte de animales, por citar ejemplos de importancia para el sector agrario. En resumen, que estamos ante una legislatura complicada por partida doble.