Opinión
Colaboración centro derecha
Las circunstancias son las que son», admiten próximos a Pablo Casado, a quien ni se le pasa por la cabeza que pueda frustrarse la suma de fuerzas entre PP, Cs y Vox para mantener la Comunidad de Madrid y reconquistar la alcaldía de la capital. Así lo ha llegado a garantizar a los suyos el líder de los populares. El rumbo está más que claro, aun cuando puedan cruzarse «faroles» de cara a la galería, incluso golpes en la mesa como la amenaza de Vox de tumbar los presupuestos andaluces. Resulta obligado para los tres partidos del centro-derecha corresponder a la voluntad de reunión que sus votantes muestran a la menor ocasión. Y que se evidenció tras la frustración por lo lejos que quedaron las tres fuerzas de cumplir, por separado, las expectativas de frenar al PSOE. Esto no es incompatible con negociar, por más que en su «tanteo» de la semana pasada Iván Espinosa de los Monteros hiciese valer sus decisivos 12 escaños en la Asamblea para reclamar a Teodoro García Egea tres consejerías. El PP está abierto a ceder poder institucional a Cs para que acometa su plan regenerador. Debe hacerlo. Los resultados electorales han mostrado que en la mayoría de las instituciones el papel de los naranjas pasa por ser bisagra, el de un partido de centro reformista que decide gobiernos, por mucho que Rivera raramente busque huir de esa imagen. No es sencillo justificar un portazo a Abascal en la Comunidad que imposibilitase a Ayuso obtener la estabilidad necesaria para alcanzar la Puerta del Sol después de todo lo que han venido manteniendo durante la campaña. Por ello, nadie debería tirar piedras sobre su tejado . Vox, guste más o menos a Cs, es imprescindible. Y concluida la campaña, los partidos tienen que poner su cuentakilómetros a cero. El nuevo ciclo sin elecciones a la vista, salvo Galicia y País Vasco, deja margen. Una etapa que debería ser aprovechada, por los tres partidos de centro y derecha, para explorar lo que les permite trabajar juntos.
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