Opinión

Un mal mes de agosto

A estas alturas nadie se sorprenderá si afirmamos que los datos de paro y de afiliación a la Seguridad Social del pasado mes de agosto fueron claramente negativos. En particular, el número de parados registrados en los Servicios Público de Empleo Estatal aumentó en 54.371 personas, apreciablemente por encima de las 47.047 en que creció durante el mismo mes del año anterior. Se trata del peor dato para un mes de agosto desde el año 2010. Si eliminamos la estacionalidad, las cifras no mejoran en absoluto. Mientras que en 2018 el paro registrado bajó en 2.819 personas, en este mismo mes de 2019 aumentó en 4.435. Asimismo, la evolución de la contratación también resulta inquietante. Agosto es el séptimo mes consecutivo en el que los contratos indefinidos a tiempo completo caen con respecto al año precedente. De hecho, el deterioro experimentado en agosto es sustancialmente mayor al sufrido en los meses precedentes. Mientras que entre enero y agosto se han suscrito un 5,22% menos de contratos indefinidos que durante los ocho primeros meses de 2018, la caída únicamente experimentada en el pasado mes de agosto fue del 18,73%. Y siendo malos los datos de paro registrado, los de afiliación a la Seguridad Social no son mejores. Así, el número de afiliados al sistema cayó en 212.984 personas frente a las 202.996 en que se redujo durante agosto de 2018. Se trata de la peor evolución de afiliados desde el crítico año 2008. Eliminando la estacionalidad, las cifras se maquillan un poco más –el número de afiliados aumenta en algo más de 10.000 personas–, pero en todo caso estamos ante peores guarismos que los de 2018 –cuando desestacionalizadamente los afiliados aumentaron en casi 15.000 personas– o que los de 2017 –cuando lo hicieron en 26.000–. Así pues, leamos como leamos los datos laborales de agosto, éstos son negativos: más paro, menos contratos indefinidos y menos empleo. Tales malos datos se reciben, además, después de que el mes de julio ya resultara igualmente negativo. Recordémoslo brevemente. En julio de este año, el número de parados experimentó la menor reducción desde 2008 y, asimismo, las nuevas afiliaciones a la Seguridad Social registraron el segundo menor aumento desde que arranca la serie histórica en 2001. En definitiva, y como ya venimos advirtiendo desde hace unos meses (especialmente desde el segundo trimestre de este 2019), la creación de empleo se está desacelerando de un modo similar a como lo está haciendo la evolución de nuestro PIB. Cada vez contamos con más datos que atestiguan un frenazo económico que, dicho sea de paso, también se está padeciendo en el resto de Europa. Si alguien desde el Gobierno pensaba que íbamos a caminar indemnes en medio de la guerra comercial, del Brexit o de la crisis argentina, desde luego se equivocó. Y si, en cambio, no lo pensaban, igualmente metieron la pata con sus últimas propuestas de derogar la reforma laboral o de subir masivamente los impuestos. O no lo ven venir o están actuando como unos irresponsables.