Opinión

Canarias, espejo de un gobierno PSOE-Podemos

Pablo Casado suele repetir que la Comunidad de Madrid es el espejo al que aspira a mirarse en un futurible gobierno nacional del Partido Popular. Una mayor flexibilidad normativa y unos impuestos más moderados que en el resto de España han contribuido a consolidar a la región como la zona más rica, próspera y dinámica del país.

Lógico, pues, que el nuevo PP de Casado aspire a transitar (e idealmente a profundizar) por la senda reformista emprendida por el PP de Madrid en las últimas dos décadas (acaso interrumpida por la aciaga presidencia de Cifuentes).

Y si Madrid es el espejo al que el PP nacional querría mirarse, Canarias bien podría ser el espejo que el Partido Socialista nacional quiere rompernos a todos en la cabeza. Como es sabido, en las pasadas elecciones autonómicas, un pacto entre PSOE y Podemos desalojó al partido Coalición Canaria de la presidencia de las islas (debido a la incapacidad del PP y, sobre todo, de Ciudadanos para conformar un gobierno alternativo con los regionalistas).

De este modo, la coalición de izquierdas que aspira a dirigir los destinos del conjunto de los españoles ya ha comenzado a desplegar en el archipiélago el que previsiblemente sería su programa para el resto de España. Esto se resume en salvajes subidas de impuestos que dañarán la economía y empeorarán la calidad de vida de los ciudadanos, pero que dotarán con más recursos a la administración pública y así continuar tejiendo redes clientelares que permitan apuntalar en el poder a estas formaciones políticas.

En particular, el PSOE canario ha pactado con la extrema izquierda insular una subida del IRPF, el IVA (IGIC en las islas) y el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Por lo que se refiere al primero, la subida de este impuesto incrementará su tramo autonómico del 24% al 25% para las rentas superiores a 90.000 euros y del 24% al 26% para las rentas de más de 120.000 euros. En cuanto al segundo, subirá su tipo general del 6,5% al 7% para el conjunto de la población (¿no decía la izquierda que nunca aumentaba los impuestos a las rentas más bajas?).

Por último, con el tercero dejará de estar bonificado al 99% como ocurría en la actualidad (de hecho, las herencias de 750.000 euros perderán el 90% de su bonificación, convirtiéndose así en uno de los tributos más confiscatorios de España).

Así pues, el socialismo y el podemismo nos han mostrado en Canarias su auténtico rostro. Esto es, aquél que no duda en golpear tributariamente a las rentas medias, a las rentas altas y a las rentas bajas con tal de amasar un mayor volumen de recursos para los políticos.

Siendo Canarias una de las regiones más pobres de nuestro país, resulta del todo descabellado elevar aún más los impuestos para alejar a la inversión y a los trabajadores cualificados. Lo que necesitan las Islas Canarias, verdaderamente, es mucha más libertad económica para volver a convertirse en un destino atractivo ante las empresas, en lugar de gravámenes más elevados que las repelan.

Pero en lugar de fomentar el desarrollo endógeno, lo que prefieren hacer tanto el Partido Socialista, como Podemos es ahondar en el clientelismo administrativo. Esto es lo que tenemos que tener presente de cara a las próximas elecciones del 10 de noviembre.