Opinión

Los pensionistas cobran un 28% más de lo aportado

Nuestro sistema de pensiones público carga actualmente con un déficit superior al 1,5% del PIB. Es decir, que cada año gastamos casi 20.000 millones de euros más de lo que ingresamos. El agujero de la Seguridad Social irá, además, en aumento, no sólo en términos absolutos (en miles de millones de euros), sino también en términos relativos (como porcentaje del PIB). En caso de que algunos de los peores escenarios demográficos y económicos se terminen materilizando, el déficit podría dispararse hasta los 10 puntos del PIB (equivalente a 120.000 millones de euros actuales), lo que volvería el esquema público del todo inviable. O bien se suben masivamente las cotizaciones sociales o bien se recorta la generosidad del sistema.

Y todo apunta a que iremos progresivamente en la segunda dirección.

España tiene uno de los tipos medios de cotización más elevados de Europa y, a su vez, uno de los sistemas previsionales más generosos. Por consiguiente, más que a elevar las ya altísimas cotizaciones sociales para mantener la muy alta generosidad del sistema, iremos directos a recortar la generosidad de las condiciones de jubilación para evitar disparar todavía más las cotizaciones sociales.

En este sentido, la generosidad de un sistema de pensiones suele medirse a través de la llamada tasa de sustitución: a saber, qué porcentaje de los salarios cobrados a lo largo de la vida laboral termina uno percibiendo en forma de pensión cuando accede a la jubilación. En nuestro país, el sistema público proporciona una ratio del 70%, lo que incluso desde una perspectiva de equidad intergeneracional resulta difícilmente defendible: a la postre, lo que esa ratio está poniendo de manifiesto es que necesitamos cotizar como trabajadores durante 2,8 años para costearnos un año de nuestras pensiones futuras.

En la actualidad, trabajamos entre 35 y 40 años, de modo que deberíamos cobrar entre 12,5 y 14,2 años de pensión. Pero en realidad estamos cobrando unos 17. Los pensionistas reciben bastante más de lo que han aportado.

¿Cuánto más? Pues, de acuerdo con los cálculos recientemente efectuados por el Instituto de Actuarios Españoles de la Seguridad Social española, el pensionista español recibe como media una pensión pública que es un 28% superior a todo lo que ha cotizado durante su vida. Es decir, que aun sin problemas demográficos el sistema está abonando a los jubilados mucho más de lo que aportaron en el pasado (y ello a pesar de que las cotizaciones sociales no se invierten en activos productivos y, por tanto, no generan ninguna rentabilidad propia que pueda explicar esa diferencia). El propio Instituto de Actuarios manifiesta que «el sistema público de pensiones no es sostenible financieramente; es muy generoso; tampoco es equitativo actuarialmente ni es eficiente».

Todos los trabajadores españoles que todavía no hayan accedido a la jubilación deberían ser muy conscientes de que a medio plazo vamos a un intenso recorte de la generosidad del sistema público de pensiones. Las propias previsiones del Gobierno, tanto el de Sánchez como el de Rajoy, apuntan a que la tasa de sustitución a lo largo de las próximas décadas se reducirá desde el actual 70% al entorno del 45%. Quienes no ahorren durante sus vidas laborales se encontrarán con un retiro menos dorado del que hoy esperan: se arrepentirán por hacer caso a unos políticos que, lejos de reconocer la gravedad de la situación, siguen mintiendo para captar el voto de aquellos que prefieren que se les mienta.