Opinión
Pink Fluid
El lento desmoronamiento del PSOE recuerda extraordinariamente la trayectoria de los grupos de rock de los setenta. Aparecieron como proyectos musicales renovadores al frente de los cuales se hallaban artistas de mucho talento. Introdujeron nuevas formas, conceptos y sonoridades. Entregaron unos primeros trabajos de gran calidad que cimentaron su fama y les proporcionaron una legión de seguidores. A partir de ese mismo momento, las luchas internas y las desavenencias por motivos de codicia hicieron que muchos de los integrantes originales abandonaran las bandas. Pink Floyd perdió a Syd Barret, el compositor que había instaurado la fama del grupo con sus inesperadas y sensibles composiciones. El grupo Génesis vio marchar a Anthony Phillips, el barroco guitarrista que había dado un sello de originalidad a su sonido y luego echaron a Peter Gabriel, su cantante e ideólogo artístico. Lo mismo les sucedió a los King Crimson, los Credence y tantos otros. A pesar de ya no estar sus miembros originales, el público les seguía igual a causa del nombre. Un día, sin embargo, todo cambiaba, el público se daba cuenta de que estaba adorando los viejos trabajos de unos integrantes que ya no estaban sobre el escenario y el grupo se hundía de la noche a la mañana. Solo en un caso no se cumplió esa trayectoria: Pink Floyd.
Roger Waters, el bajista, se convirtió en su cacique y fue eliminando a los instrumentistas, pero haciéndose con el nombre del grupo y orientándolo hacia un pulido sonido, efectos escénicos sensacionalistas, apelaciones genéricas vacuas pero pomposas y simulaciones de preocupaciones sociales en las letras que contradecían las codiciosas peleas por royalties entre sus miembros millonarios. Ni que decir tiene que, a pesar de sonar muy bien, Pink Floyd nunca volvieron a alcanzar las cotas de emoción y originalidad de cuando estaba con ellos Syd Barret. Eso sí, fueron los únicos que sobrevivieron, adocenados pero millonarios y efectistas.
¿No es fascinante la simetría? Pink Floyd y pink fluid. Un front-man que elimina a sus instrumentistas de talento (Solana, Borrell, Solbes, Rubalcaba) y se queda solo con dos opciones: o disgregación, o insípido fluido rosa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar