Opinión

Más gasto presente, más recortes futuros

El Gobierno de PSOE-Podemos ha subido finalmente las pensiones un 0,9%, una décima por encima del IPC. Se trata, además, de una medida que, atendiendo a las declaraciones del nuevo ministro de Seguridad Social, se mantendrá no sólo a lo largo de la legislatura, sino también de las próximas décadas. Y es que el expresidente de la Autoridad Fiscal busca efectuar dos grandes reformas para sanear las cuentas del sistema público de pensiones: por un lado, transferirle todos los gastos impropios de la Seguridad Social al Gobierno central; por otro, reindexar las pensiones al IPC recortando compensatoriamente otros gastos de este organismo. En cuanto al primer punto, José Luis Escrivá propone aumentar en 3,5 puntos las cotizaciones sociales que se destinan al pago de pensiones a cambio de reducir en 3,5 puntos las cotizaciones sociales que se destinan al abono de prestaciones de desempleo, cuyo coste pasaría a ser asumido por el Gobierno central. De este modo, el déficit de la Seguridad Social caería en unos 11.000 millones de euros anuales. A su vez, también se le pretenden endosar a la Administración Central los 4.000 millones de euros de gastos de funcionamiento de la propia Seguridad Social, los 2.000 millones de euros de gastos destinados a bonificar la contratación y los 1.000 millones de euros en subvenciones implícitas a los regímenes especiales. En conjunto, el déficit de la Seguridad Social caería en otros 7.000 millones de euros anuales, merced a lo cual terminaría desapareciendo por entero. Mas fijémonos en que esta primera parte del plan de Escrivá únicamente supone mover el agujero financiero desde un lado a otro: algo así como esconder los escombros debajo de la alfombra. Si minoramos el déficit de la Seguridad Social a cambio de incrementar el del Estado, el problema sigue siendo idéntico: ¿cómo ajustamos el nuevo déficit estatal para cumplir con nuestros compromisos con Bruselas? Evidentemente, subiendo impuestos que sufrirán el conjunto de los ciudadanos. Y de eso, ni Gobierno ni Escrivá han hablado todavía. A su vez, y en cuanto al segundo punto, el nuevo ministro de Seguridad Social también desea reindexar a medio plazo las pensiones al IPC recortando otros gastos de este organismo. ¿Cuáles? Por un lado, incrementar la edad efectiva de jubilación (esto es, restringiendo las opciones de jubilación anticipada para que así los ciudadanos cobren pensiones durante menos tiempo) y, por otro, recortar las pensiones futuras aumentando el número de años a partir de los cuales calcular su base reguladora (de los últimos 25 años de vida laboral, como ocurre en la actualidad, a los últimos 35 o, incluso, a la totalidad de la vida laboral). En definitiva, no existen fórmulas mágicas para eliminar el déficit de la Seguridad Social: o más impuestos o más recortes. Y cuanto más sigamos cebando sus gastos, tanto más de lo uno y de lo otro.