Opinión
El empleo y los empresarios
Los que contratan son las diversas Administraciones, el empleo público, y, sobre todo, los empresarios, el empleo privado. ¡Vaya obviedad! Pues sí, puede parecer muy obvio, pero a veces lo que es más evidente y de sentido común se olvida por completo. La contratación por parte de las diferentes Administraciones tiene su tope y más cuando los recursos son muy escasos, como en la situación actual. Por lo tanto, que haya más empleo y menos paro depende de la iniciativa privada y de los empresarios. Y para que estos últimos se decidan a invertir, crear más actividad económica y más puestos de trabajo, necesitan un marco de confianza, seguridad, horizontes lo más despejados posibles y unas normas laborales que coincidan con sus intereses. En caso contrario, se tumbarán a la bartola y esperarán mejores épocas. Las consecuencias son también obvias: no se renovarán parte de los contratos existentes, por lo que aumentará el paro; pueden adelantarse despidos, si se va a reformar la anterior reforma, con lo que subirá el paro también; si no hay nuevas inversiones, tampoco se crearán puestos de trabajo. Con esto no quiero decir que los trabajadores y sus representantes tengan que tragar con todo, no, sino que habrá que buscar un equilibrio en las normas laborales. Y ahí es donde entra el Gobierno, que debe escuchar a las dos partes. Está en juego su propia supervivencia. Ningún Ejecutivo puede soportar que el paro se dispare. Todo lo anterior parece obvio y de sentido común, pero ya veremos si lo es en el futuro inmediato, más con la que está cayendo.
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