Opinión
Coach
Antes que diputada, estuve a punto de ser “Coach”. Como andaba en paro, mi amigo Iván me dijo que tenía que ser Coach, que a él se lo recomendó una amiga y le había funcionado, porque se estaba forrando. “Pero tío, tío…, ¿tú con quién compartes toalla últimamente?”, le pregunté. Porque sé que le gustan las tías empoderadas, y a ser posible más altas que él. “Es solo una amiga, Maripepis, te lo juro por mis anabolizantes. Pero ella comprende este mundo empresarial donde hoy vivimos todos, queramos o no”. Me imaginé que Iván me estaba recomendando ser entrenadora de algo de gimnasia, y se me erizaron las uñas postizas tanto que se me pusieron como cabezas de langostinos sin afeitar. Porque, la verdad, a mí no se me da la gimnasia, hasta untar el pepito de crema con un poco de mantequilla me viene mal para el codo… “No, no, yo prefiero meterme en política y hacer la ‘robolución’, o algo”, respondí, presurosa. “Además, ahora que mi Yohelis se ha ido de casa…”, no quise recordar que mi hija tiene su propio equipo de aluniceros, porque Iván ya sabe más que de sobra que en mi familia siempre hemos sido muy emprendedores. “Con el nido vacío, tengo otras necesidades, y me puedo ajustar un poco más el cinturón, aunque es verdad que me va a costar trabajo, porque he engordado unos kilos a causa de los carbohidratos baratos que constituyen mi única dieta”. Vamos, que prefiero ponerme como cinturón una soga antes que emprender actividades físico deportivas. “No me entiendes, ¡que te estoy diciendo que te hagas Coach!…”. Le respondí: “¡Que no tengo estudios para eso, te digo! No me presiones, que se me ponen los ganglios”. Y ahí fue donde el Iván me dijo que lo de Coach era para ir a la televisión, no para levantar pesas. Me lo explicó un poco mejor y le fui viendo las posibilidades. “En la tele se necesitan Coach para todo. No piden título. Es un curro fácil y limpio”… “¿Limpio? ¡Pues en mi casa siempre hemos sido muy limpias! Incluso teníamos la estatua de un lince de yeso monísimo, comprado en el Rastro, y entre mi hermana Samanta y yo lo frotamos hasta que le borramos todas las manchas”. Mira.
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