Opinión

¿Cambios en el modo de vida?

Durante los últimos años se ha intensificado la tendencia, que ya venía de muchos decenios atrás, hacia la concentración de la población mundial en grandes ciudades, que, con la llegada de esta pandemia de coronavirus, se han convertido en auténticas ratoneras y en focos infecciosos y de propagación del contagio de primera magnitud. Se dice ahora que habrá un antes y un después de esta crisis mundial en la que estamos sumidos y que cambiarán muchas cosas. Puede que sí. En cualquier caso, me pregunto si durante ese «después» se mantendrá esa tónica predominante hasta ahora de concentración, no solo en ciudades pequeñas y medianas, sino en mega urbes, o asistiremos, por el contrario, a una ralentización de ese proceso, por un lado, y a una vuelta a un régimen de vida en el que predomine el retorno a lo rural y, como mucho, a ciudades pequeñas, dotadas de la mayor parte de los servicios, pero sin las desventajas de las grandes urbes en cuanto a contaminación, atascos, pérdida de tiempo en los desplazamientos, posibilidades de contagios en caso de infecciones por virus o bacterias, por citar tan solo algunas. Puede que muchos de los que viven en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Sevilla o Vigo se lo estén pensando en estos días, en los que se ven obligados a pasar el confinamiento entre cuatro paredes, con dificultades para andar más de diez metros en los pasillos de su casa y sin ver un árbol o espacios abiertos. Pero también puede que, aunque ahora lo piensen, luego se olviden, cuando la situación haya cambiado.