Opinión
Un decreto ley para el sector agrario que no sirve
El Real Decreto Ley aprobado ayer por el Gobierno para favorecer la contratación temporal en el sector agrario es muy insuficiente, por calificarlo de forma muy suave, para lo que se necesita. La situación es la siguiente: se aproximan campañas de recolección, que es donde está el principal problema, que exigen mucha mano de obra concentrada en unas cuantas semanas. Un ejemplo: la recogida de la cereza se tiene que realizar en muy pocos días por las características de esa fruta, pero durante esas jornadas se necesitan muchas manos recolectoras. Ni en la localidad en la que se encuentre la explotación, ni en los términos municipales limítrofes, donde también habrá cerezos, se va a encontrar la mano de obra suficiente y necesaria en ese periodo de tiempo determinado para acometer esas tareas. Y eso descrito para la cereza, vale también para el níspero o cualquier otra fruta de hueso, así como para otros productos agrícolas. Todo lo anterior es fácil de entender y está al alcance de cualquier mente con dos dedos de frente. Pues bien, el Gobierno, o no se ha enterado, o no lo quiere entender, o es incapaz de gestionar el problema y de encontrar soluciones, o bien es una mezcla de todo lo anterior. En el texto aprobado ayer se dice que podrán beneficiarse de las medidas de flexibilización las personas cuyos domicilios se hallen próximos a los lugares en los que realizar el trabajo. Asimismo, se contempla como requisito para el empresario la necesidad de asegurar, en todo momento, la disponibilidad de medios de prevención apropiados frente al COVID-19. A la espera de ver cuál es el texto definitivo del Real Decreto Ley que aparece en el BOE, ya que no sería la primera vez en los últimos días que se introducen muchos cambios en los proyectos iniciales, está claro que el apartado en el que se obliga a que sean personas cuyos domicilios se hallen próximos a los lugares en los que realizar el trabajo, restringirá mucho la posibilidad de encontrar la mano de obra que se necesita para esas campañas intensivas. Es de suponer que en el Ministerio de Agricultura sepan lo que suponen esas limitaciones. Si ello es así y no han logrado convencer a los responsables de Trabajo o del Ministerio de Sanidad, estamos ante otra prueba más que evidente de que el ministro Luis Planas pinta muy poco en este Gobierno de socialistas y comunistas o sigue de perfil, como es habitual en él, cada vez que hay una complicación. En Francia y en Alemania también tienen problemas de falta de mano de obra agrícola y de temporeros en determinados momentos. En ambos países han puesto en marcha iniciativas para solucionar el problema, que bien podrían servir como ejemplo. Está en juego el desarrollo de muchas campañas agrícolas en los próximos meses, el grado de autoabastecimiento en la cadena agroalimentaria española de determinados productos frescos de temporada y también nuestros envíos al exterior de esas mismas mercancías, justo ahora cuando necesitamos dinero más que nunca. ¿Se habrá enterado el Gobierno de que pretenden curar un cáncer a base de paracetamol? Por otro lado, ¿cómo se explica que, con el paro que hay en España ya, y el que va a haber en el futuro inmediato, tengamos problemas de falta de mano de obra? Algo no cuadra.
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