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Opinión

La pesadilla de que te toque la lotería en la cuarentena

Uno de mis sueños más repetidos (digo uno de esos que se puede contar aquí) suele tener el mismo guión: echo el último vistazo, para asegurarme bien, llamo a casa y pido que saquen el vino bueno, me levanto de la silla del trabajo, pese a que quedan horas para poder irme, y mientras me marcho digo, en plan peliculero: no me esperéis mañana.

Hay diferentes versiones, claro. Según el día que haya tenido, puedo irme insultando o puede, incluso, que no me levante, sino que además siga yendo a trabajar al día siguiente porque sí, sólo porque me gusta mucho hacerlo (que los jefes leen esto…).

Luego doy un salto temporal y sigo soñando, ya con los planes a lo grande: que si una casa en la playa tras pagar a tocateja la hipoteca, que si una vuelta al mundo o que si, en fin, repartirlo entre los más necesitados (que esto también lo lee mi madre).

Pero seguro que entre mis versiones de qué haría si alguna vez me tocase la lotería (y en las versiones de todos lo que alguna vez han soñado con una vida sin preocupaciones económicas), nunca habíamos imaginado que tras comprobar por décima vez que te han tocado, por ejemplo, unos 17 millones de euros, tu plan sólo puede ser quedarte en casa.

Hay un ganador del Euromillones en Francia al que le han tocado 17 kilos, nada menos, y no puede hacer otra cosa que morderse las uñas y esperar a que termine el confinamiento para ir a cobrarlo: «Este episodio no tiene precedentes para los juegos franceses, que tienden a pagar a sus ganadores rápidamente», dicen desde la organización.

El sorteo fue el 20 de marzo y se conocía, porque todo está informatizado, que el boleto con la combinación ganadora se había sellado en la región de Côtes-d’Armor, en Bretaña. Es ahora cuando se ha sabido quién es el ganador, pero no se ha hecho público su nombre.

Es el premio más grande que se ha repartido en esa localidad francesa. Bueno, aún no es el premio más grande repartido porque nadie lo ha recogido. Según la organización, el parón mundial y el confinamiento también han afectado a estos juegos de azar. La del 20 de marzo fue la participación más floja en el Euromillones. Sólo hubo 14 millones de apuestas, muy por debajo, por lo visto, de lo que suele ser habitual. Y a partir de esa fecha, se han suspendido las apuestas. No se puede jugar a la Quiniela, ni a Lotería ni a la Primitiva, una de las rutinas con la que muchas personas sueñan cada semana que su suerte va a cambiar, aunque nunca cambie.

No se juega y no se cobran premios: «La fecha de caducidad de los premios en periodo de cobro que caducan durante estos días tan especiales se congelan, de forma que cuando termine la vigencia del Real Decreto del estado de alarma se reanudará el plazo de caducidad», dice Loterías y Apuestas del Estado para tranquilizar a quien le haya tocado cualquier premio. Seguramente no serán unos 17 millones de euros.

A veces sueño despierto que me toca la lotería, pero dormido, sueño, en muchas ocasiones, que en realidad nunca aprobé selectividad o que nunca llegué a la entrevista que me dio el trabajo. No quiero pensar qué pesadillas tendrá el dueño de 17 millones euros, que no tiene 17 millones de euros.

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