Opinión
Desescalada «fake»
Media España está hoy decidiendo la hora adecuada para poder, por fin, disfrutar mañana de un ratito al aire libre, cada uno con sus circunstancias. No me quiero ni imaginar la avalancha humana en las calles, con temperaturas veraniegas. Casi mejor me quedaré en casa. Sola, a salvo.
Parece mentira lo que hemos cambiado en solo dos meses, desde que éramos realmente libres para salir, entrar, respirar, viajar, tocar, abrazar. Nos vamos a acostumbrar rápidamente al turno callejero que nos toque, a reservar el transporte público que elijamos, a la mascarilla como extensión de nuestra piel, a la distancia social en la que nos sentimos más protegidos, incluso al tramo de cuadrícula en una playa, a comunicarnos con mamparas de por medio. Es más, apuesto a que lo viviremos con naturalidad, lo mismo que nos pasó con el teletrabajo, que parece haber llegado a nuestras vidas para quedarse.
Lo que jamás olvidaremos será, desde luego, la labor de nuestros sanitarios y la lista inacabada de las muertes que deja esta pandemia, esta curva cruel que no acaba de aplanarse y que, atención, según los médicos, puede repuntar en las próximas dos semanas, si pecamos de irresponsables. Cuando los propios científicos siguen yendo a ciegas con el maldito virus, prudencia. Cuando aún no hay mascarillas ni test para todos, ¿qué clase de desescalada estamos abordando?
Por cierto, también recordaremos siempre la gestión de la Moncloa, por titubeante y caótica: ¿Cómo se concibe un plan sanitario de esta envergadura, para todo un país, sin hablarlo antes con la oposición, sin consensuarlo con las demás fuerzas políticas? A la líder de Ciudadanos, partido que se esfuerza por remar a favor en esta situación inédita, Pedro Sánchez no la telefonea desde hace dos semanas. A Casado, tres cuartos de lo mismo. Me consta que hay ministros socialistas que también se enteran por la prensa de los planes de su presidente. Sánchez, en su aislamiento extremo, ni siquiera tiene garantías de que PNV y ERC avalen otra prórroga del estado de alarma. Y al final, qué paradoja, los populares y los naranjas volverán a ser los salvadores del Gobierno en las votaciones del Hemiciclo. Ahora que asciende la negra curva económica, urge un Ejecutivo en el que conceptos como «diálogo» o «pacto» no nos suenen a fake.
✕
Accede a tu cuenta para comentar