Opinión

Test masivos y San Isidro

¡Qué San Isidro tan diferente el de este año! En Madrid capital, sin poder acudir a la ermita, a la pradera y a los toros; en los pueblos, no será posible realizar las tradicionales procesiones con la imagen, ni la bendición de los campos. Cuentan los que dicen saber del mercado inmobiliario que ha aumentado al apetito por disponer de un piso con terraza amplia en las grandes urbes, o de una casa que cuente con jardín y parcela privada, tanto en ciudades y sus localidades aledañas, como en los pueblos. Y es que el confinamiento no es lo mismo en unos lugares que en otros; varía mucho, según puedas tomar el aire, o no. Por eso es lógico, tal y como han solicitado numerosos alcaldes, que las medidas de vuelta a la normalidad sean diferentes dependiendo del tamaño de las poblaciones. Sin embargo, lo que ha predominado durante muchos días ha sido la confusión. Por cierto, que la llamada cadena de valor de la hostelería ha solicitado al Gobierno claridad en el proceso de «desescalada», menudo palabro. Pero, plantear eso, es como pedir peras al olmo. Hablando de peticiones, habrá que insistir en la necesidad de realizar pruebas masivas a la vista de que, hasta que haya vacuna, tendremos que convivir con el coronavirus. ¡Cómo es posible que, a fecha de hoy, todavía no se hayan hecho esas pruebas a todos los miembros de la cadena sanitaria o a las personas mayores, por citar tan solo dos grupos de riesgo! Habrá que pedir a San Isidro que eche una mano.