Opinión

¡Salvar el verano!

¡Hay que salvar el verano! Es el lema, o más bien grito de guerra, que se escucha y se multiplica estos días en ambientes bancarios, financieros, empresariales, de autónomos y en sectoriales diversas. Perdidos el final del invierno y toda la primavera, es necesario, como sea, salvar los muebles durante este verano y conseguir que la economía frene su deterioro, al menos un poco. A fecha de hoy, todos los servicios de estudios dan por descontada una caída de la economía española de dos dígitos, como dicen ahora los expertos, lo que supone más del 10 por ciento. La cifra final dependerá mucho de lo que suceda en el verano, y de lo que pase con el turismo y el sector servicios. Y la verdad es que las ocurrencias del Gobierno no ayudan: que si la cuarentena de las dos semanas para los que vengan de fuera; que si los que estamos ahora en la fase uno no podremos ir a Valencia o Galicia hasta unos días después de que lo hagan un belga o un alemán; las continuas rectificaciones gubernamentales en estos y otros asuntos, que tampoco sirven para acertar; la Moncloa teledirigiendo a todos los Ministerios y dedicándose solo a la propaganda y la imagen. En resumidas cuentas, que si se salva el verano será porque los agentes económicos y la sociedad como tal pongan de su parte. Al Gobierno solo se le puede pedir que, ya que no ayuda, pues que tampoco ponga excesivas trabas. De lo que suceda en el verano dependerá cómo encaremos el otoño y el invierno.