Opinión
Garamendi y Báñez
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha ganado el sueldo con la organización de la cumbre empresarial que se celebra desde el lunes. Si alguien esperaba críticas duras y generalizadas al Gobierno y una petición tras otra de ayudas económicas como hilo conductor del encuentro de los empresarios, se habrá llevado una importante decepción, por lo menos a tenor de lo sucedido en la jornada inaugural, con los primeros espadas en liza. De entrada, los empresarios se pusieron en valor y se vendieron en positivo, como hizo el patrón de Mercadona, Juan Roig, lo que debería contribuir a mejorar la imagen del colectivo. En segundo lugar, lo que pidieron fueron condiciones adecuadas de seguridad jurídica para crear empleo, que es su gran aportación a la sociedad. Por supuesto, que ha habido críticas al Gobierno, que para algunos tendrían que haber sido más fuertes y también lo primero y prioritario. No sucedió así y los empresarios han aprovechado para decir aquí estamos nosotros y esta es nuestra responsabilidad. No sé si habrá tenido algo que ver en esta imagen que se está transmitiendo la reciente incorporación de Fátima Báñez, la ex ministra del PP, como asesora de la patronal. Puede que sí. En cualquier caso vendrá bien que aporte su visión desde la otra parte, desde la óptica de su experiencia gubernamental. No hay que olvidar que, como telón de fondo de todo lo anterior, está la derogación de la reforma laboral que ella contribuyó a gestar y que ahora se encuentra en el punto de mira de Podemos y de una parte del PSOE.
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