Opinión

Spin

Al presente, priman las directrices del «spin doctor» de turno sobre la sabiduría y la experiencia (que los gobernantes deberían buscar como consejeros, pero que rehúyen con la misma prisa con que evitan la verdad). «Spin doctor» se llama al equipo encargado de la propaganda de un político en el ejercicio del poder, o de un partido. Su objetivo es convencer a la opinión pública de esto o lo otro. Lo que antaño se llamaba «manipular», dicho con sencillez y transparencia, hoy se disfraza con los ropajes de la «persuasión», que suena mucho menos marrullero de lo que es, y tiene un toque griego. El viejo marketing ha sido superado por las nuevas tácticas, que aprovechando los avances de la neurociencia –que investiga a qué obedece la conducta humana– pretenden introducirse en la mente de los votantes para convencerlos de que sigan (con entusiasmo, por favor, nada de desidia o inercia) el camino que los obcecados prebostes del poder señalan con mano severa. Antes, existían los visires en el Oriente y los validos en el Occidente, consejeros astutos de los monarcas, avalados por una mente sagaz para el mal. Ahora tenemos spin, armados de una colección de recortes digitales y frases de autoayuda en el móvil. Los spin doctor, a diferencia de los sabios, no tienen tras de sí un bagaje de estudio y meditación, sino un repertorio precipitado y resumido de estratagemas. Para los spin el resumen es fundamental: ahorra tiempo, evita tener que profundizar en asuntos de calado que, a algunos estudiosos, les puede llevar toda una vida de reflexión, atención y pensamiento… Y una se pregunta: a pesar de que los spin se mueven en la superficie del saber, sin llegar a ahondar en casi nada de aquello que manejan y transforman, ¿no es demasiado trabajo? ¿No hacen cosas en extremo complicadas? ¿No sería más sencillo manipular directamente el conteo de votos como se hace, con probado éxito, aquí en algunos partidos, organizaciones…? ¡Incluso en países que, no siendo de «nuestro entorno», ya podemos llamar agnados en un destino universal! Vale. No quiero dar ideas que aumenten el paro. Aunque…, tiempo al tiempo.