Opinión
Senado y Supremo
La derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses no ha sentado nada bien a muchos trumpistas que ven a Biden como una amenaza directa para su modo de vida. Sin embargo, y analizando desapasionadamente el resultado de estos comicios, creo que los republicanos tienen dos grandes motivos para hallarse contentos y satisfechos. Primero, el control del Senado seguirá, muy probablemente, en manos republicanas: ahora mismo, los republicanos cuentan con 50 senadores frente a los 48 de los demócratas. El próximo 5 de enero, se escogerán los dos senadores que faltan en el estado de Georgia: basta con que uno sea republicano (y uno de ellos ya se quedó a las puertas de alcanzar el 50% de los sufragios este pasado 3 de noviembre) para que Biden se quede sin esta cámara de representación territorial. Y si los republicanos controlan el Senado, será prácticamente imposible que Biden saque adelante ninguna gran iniciativa legal dirigida a transformar la sociedad estadounidense: ni siquiera la subida de impuestos que pretende impulsar el demócrata podría llegar a cobrar carta de naturaleza. Pero, además, que los republicanos sigan controlando el Senado garantizaría que la amplia mayoría conservadora que existe hoy en el Tribunal Supremo (6 jueces conservadores frente a 3 progresistas) se mantendría intacta. Y es que Biden ha sugerido que intentaría doblegar esa mayoría conservadora ampliando el número de jueces en el Supremo y nombrando él mismo a todos los magistrados que vayan a ocupar las nuevas plazas (por ejemplo, si el número de jueces del Supremo pasa de 9 a 13 y Biden nombra a los cuatro nuevos magistrados, los conservadores se quedarían en minoría 7 a 6). Pero sin el Senado, Biden no podrá impulsar semejante cacicada: y ésa, la mayoría conservadora dentro del Supremo, es la segunda gran razón por la que los republicanos deberían estar razonablemente tranquilos tras estos comicios. Senado y Supremo podrán actuar como auténticos contrapoderes frente al presidente Biden: los pesos y contrapesos en EEUU fueron diseñados por los padres fundadores para que ninguna persona en solitario concentrara todo el poder político. Y parece que en esta ocasión volveremos a evitar ese enorme riesgo.
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