Opinión
Ayuso se los lleva de calle
Isabel Díaz Ayuso cabalga cada vez con más fuerza dentro de la derecha española. Sigue su agenda, autónoma ante las consignas de su partido. O, mejor dicho, marcando ella misma, con más precisión, desde su Gabinete, el liderazgo que tanto necesita el votante de la derecha para unirse en una sola sigla en Madrid. De ser una candidata desconocida, cuando se celebraron las últimas elecciones autonómicas, ahora es capaz de hacer sombra al presidente nacional de su partido, Pablo Casado, en Cataluña, y compite en el día a día, de tú a tú, con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a quien reta con sus discursos y sus políticas.
Cuanto más la convierte la izquierda en la «bestia» a batir, más fuerte la hace entre el voto que necesita para liberarse de Ciudadanos y de Vox en el Gobierno de Madrid. La izquierda está dándole el triunfo en las próximas elecciones autonómicas, y también la está ayudando a hacerse con el voto de Vox de cara a esos comicios, lleguen cuando lleguen. Ayuso está reconstruyendo la fuerza del liderazgo popular de Esperanza Aguirre, con la peculiaridad de que Aguirre tenía que disimular que venía de alta cuna y Ayuso no disimula que sale del barrio donde le aplauden que siempre lleve la contraria a la pareja Sánchez-Iglesias.
Si Ayuso no se pone por montera la campaña de las próximas elecciones catalanas, y como la Juana del Arco del constitucionalismo no quema allí todas las naves del independentismo, será solo por prudencia, no vaya a ser que se le puedan poner nerviosos en Génova o en Cataluña. Porque en su círculo lo ven claro: «Esta campaña es de Isa». Y por ella no faltarían esfuerzos ni presencia para explicarles a los catalanes que son «las políticas económicas, la estabilidad y la bajada de impuestos», y no el victimismo secesionista, los que dan inversiones a Madrid y no a Cataluña.
Contra Ayuso susurran en el oído de Casado desde Génova para convencer al líder nacional de que no debe dejarla tanto margen. Le dicen que en el Gobierno de Sol no hacen caso, que van por libre y que es un «peligro» aquel que le mueve los hilos a la presidenta. En el fondo, lo que quieren decir es que temen que el liderazgo de la nueva lideresa madrileña les coma el terreno a ellos. Pero los que «ladran» no saben que a Ayuso la llevan en hombros hasta los votantes de Vox en Madrid y que a su «mano derecha» no le importa lo que digan en el PP.
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