Opinión

Acción

Un punto de acción recomendado por el Foro de Sao Paulo para realizar planes ideológicos y transformar el mundo, haciéndolo girar hacia la izquierda radical que sus componentes persiguen, es «crear proyectos de símbolos nacionales». En concreto: «convertir los posibles casos de crímenes policiales en bandera popular». Por eso, altas instancias anhelan un Black Lives Matter español. A la vez que se utiliza a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como Guardas Jurados privados, se buscan con avidez motivos para implicar a oficiales de la ley en supuestos casos de «abuso policial» mediante los cuales agitar a la gente, encauzando la rabia ciudadana contra el pilar fundamental de la seguridad del Estado –y, por tanto, de la sociedad entera– que representan policías, guardias civiles, militares… Ni que decir tiene que si España puede –hasta ahora– presumir de algo es de tener unas fuerzas de seguridad dignas de uno de los países más desarrollados del mundo. Basta viajar un poco (no mucho) para entender que predominan los estados en que los uniformados infunden más miedo que respeto, más terror que confianza. Lugares en los que la sola visión de un policía o un militar produce un pánico bien fundado al tratarse de uniformados armados, violentos y corruptos, que forman parte del crimen, que no lo combaten. El caso de España es –hasta la fecha– muy diferente: los miembros de la seguridad del Estado suscitan alivio y certidumbre ciudadana. Los casos de corrupción son contados. Pero, ¿qué pasará si se inicia una campaña poderosa, implacable, para desacreditarlos? ¿Y cómo…? A través de filtraciones de conversaciones privadas. Usando la ficción: mediante series de televisión o documentales «dramatizados»… –la advertencia «basado en hechos reales» soporta cualquier falacia o desfachatez– que relaten episodios donde haya implicados agentes de la ley, mostrándolos como personajes crueles, provocadores, torturadores. Con estudios pseudo-oficiales que revisen algún incidente, concluyendo que los agentes han actuado abusando de su autoridad… Etc. Estratagemas que pueden aplicarse desde dentro del poder y las instituciones, impulsadas por algunos de quienes han jurado guardar y proteger dichas instituciones mientras, en realidad, se emplean concienzudamente en demolerlas.