Ni Sí ni No

La fuerza de la Naturaleza es incontrolable. España, Madrid, no tienen medios ni experiencia en gestionar Filomenas. Y la nevada ha sido histórica. Por tanto, ¿puede exigirse al Gobierno de Sánchez responsabilidades? Pues ni «sí» ni «no». O «sí» y «no», depende de por qué.
Que la nevada haya sido histórica no justifica que ciudadanos hayan estado embolsados en la nieve durante más de quince horas por más que nos intenten convencer de ello. Ni que cientos de pasajeros hayan estado días encerrados en Barajas sin comida ni mascarillas.
Igual que hay que admitir que Filomena nos viene grande, porque somos un país más preparado para el calor que para el frío, de la misma manera hay que decir que el Gobierno de la Nación podría haber hecho mucho más, sin eximir a las demás Administraciones afectadas. Por de pronto, algo tan fácil como ejercer el obligado liderazgo que le compete. ¿Por qué el presidente de España, o un ministro, no comparecieron el viernes o el jueves por la noche para decirnos solemnemente que no nos moviéramos de casa desde las cinco de la tarde? Desde el domingo pasado, hace una semana, en los chats internos de nuestros gestores políticos se cruzaban ya comentarios sobre que la nevada iba a ser de proporciones galácticas, por la información que ya tenían, y solo con que nieve un poco sabemos que el bloqueo está asegurado.
¿Dónde ha estado el ministro del Interior? Responsable de Protección Civil. Aunque la competencia esté transferida, ¿esto libera al Gobierno de España y a Fomento de cualquier responsabilidad en la M-30 y en la M-40 de Madrid? ¿Por qué no se cortaron esas vías de circunvalación para evitar que centenares de conductores se quedaran atrapados? Esta vez las previsiones estaban encima de la mesa, pero ni esto ha servido para que den la cara ante la opinión pública, más que cuando ya se trataba de ir a rebufo de los acontecimientos.
Al menos a Filomena habrá que agradecerla que haya sido capaz de que las administraciones se crucen llamadas, se intenten coordinar y colaboren. Cuanto menos política hay, mejor funcionan los servicios. Y otra vez más los turnos de los hospitales han estado cubiertos por la entrega de los sanitarios y por el empeño y las horas de trabajo de los mismos que ayudaron a la ciudad a despertarse del golpe más duro de la pandemia.