Pablo Casado
Nuevo examen para Casado
Esta noche arranca la campaña de unas elecciones catalanas que, además de dirimir fuerzas por la hegemonía política entre el soberanismo o el auténtico peso de la izquierda para plantearse con ciertos mimbres la posibilidad de un tripartito, van a ser escenario de una verdadera y auténtica batalla –inédita en esta comunidad y preludio para otras elecciones en el resto del estado– entre las formaciones constitucionalistas de la derecha por convertirse en referencia definitiva ante el más que presumible desplome de Ciudadanos, ahora objeto de una inevitable rapiña electoral de la que pretenden con toda lógica beneficiarse PP, Vox y el propio PSC en una succión a los naranjas no tanto ideológica como marcada por el pragmatismo anti soberanista. Batalla entre las derechas donde Vox tiene casi todo por ganar teniendo en cuenta que su segura irrupción en el parlamento catalán ya será de por sí un éxito…con posibilidades de premio «gordo», mientras que Ciudadanos en caída libre casi tendrá bastante con una testimonial guardia pretoriana de acompañamiento a su candidato Carrizosa en la nueva cámara autonómica. Pero es el PP de Pablo Casado quien decididamente más se juega en el envite.
Decir que un «sorpasso» de Vox al PP en Cataluña pondría en el abismo al liderazgo de Casado tal vez sea una exageración, pero reconozcamos que esta hipótesis volvería a reabrir la caja de voces discordantes en clave interna, una caja sellada mediante el cierre de filas de los «barones» con la actual dirección nacional tras el golpe de timón que supuso durante la moción de censura a Sánchez la escenificación del distanciamiento frente a Abascal por parte de Casado. El presidente del PP sabe lo mucho que se juega su partido, de ahí que los prolegómenos de esas elecciones estén ya señalados para el padre de todos los desembarcos, no solo del líder nacional, sino de lo más granado entre los nombres territoriales, desde Feijoo, pasando por Moreno Bonilla, Ayuso y el propio Almeida, los únicos que pueden vender gestión frente a la inexperiencia de vox, sabedores eso sí, de que en el discurso anti independentista difícilmente se puede competir con el partido de Abascal. El circo electoral catalán tendrá varias pistas y en una de ellas al otrora trapecista sin red Pablo Casado, lo que le toca es ejercer de domador y aguantar la integridad de la cabeza entre las fauces de la fiera. Otro examen.
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