Opinión

Tengo una pesadilla

Desde las escalinatas del Monumento a Lincoln en Washington, en 1963 Martin Luther King dijo aquello de “Tengo un sueño”. Yo, señores tengo una pesadilla. Bueno, una no, muchas y es la pesadilla diaria de la realidad de mi país, que, si alguien lo entiende, se lo vendo. Siento reincidir en lo que ya está más que comentado y manoseado, pero la abstención de Vox en la votación del Congreso que propició que Sánchez reparta a su antojo los fondos que Europa nos va a mandar para empapar la ruina del Covid nadie la entiende. Nadie. Esto no es una pesadilla, es una realidad, la realidad que, del mismo modo, tienen que afrontar en Colombia en su lucha contra los terroristas, luego de que Juan Manuel Santos, durante su presidencia, llegara a un acuerdo de paz con los narco asesinos y secuestradores de las FARC, que ahora tienen voz y voto en la Cámara de Representantes de aquel país, cosa que le valió el premio Nobel de la Paz al pequeño presidente. Diez escaños que poseen desde 2016 gentes sanguinarias como Timochenco o Pablo Catatumbo. Miles de personas secuestradas sometidas a actos vejatorios y deshumanizantes, aunque tampoco en las cortes españolas estamos libres de individuos que no condenan estos actos y que hasta han participado en acciones de terror. Esos que en esta pasada semana votaron con Vox para que, desde Moncloa, manejen a su antojo esos miles de millones de euros que Europa nos cede para intentar salir del agujero. ¡Ni siquiera los socios separatistas catalanes le apoyaron! Es de pesadilla o de demencia.

Pero no entremos en bucle, porque podríamos estar así un buen rato, u hablemos de ese equipo de expertos de la OMS, que va a china para conocer el origen del virus que nos está matando indiscriminadamente, y me parece bien, pero no estaría de más que otro equipo averiguara por qué la situación del gigante asiático sea casi de covid free. ¿Será cuestión de raza? ¿Será que nos mienten al hablar de su estado sanitario? Lo cierto es que las imágenes que nos llegan son de normalidad, de gentes sin mascarilla en partidos de futbol, conciertos… pero, claro, es otra mentalidad y también es la disciplina individual de cada quien, cosa de la que aquí no gozamos.

Mientras tanto el monstruo del paro ha crecido en 622.000 personas y Nadia Calviño dice que son buenas noticias. El cinismo y el embuste es la principal característica de este gobierno; ya lo dice el índice de corrupción elaborado por Transparencia Internacional, que habla de que España, en cuanto a la opacidad en el manejo de la crisis, está casi a la altura de Somalia, Siria, Yemen y Venezuela ¡qué vergüenza! Los más legales son Singapur, Suecia y Suiza, de quienes nos separa una distancia de miles de años luz.

Y no podemos olvidar lo de Biden, que va a autorizar fondos militares del Pentágono para operaciones de cambio de sexo. Ya está como Sánchez, cuyos objetivos fundamentales de su mandato son el medio ambiente y la transexualidad, según lo expresó en la Conferencia de Embajadores. Quizá el dinero que nos llegue de Europa vaya dirigido a este tipo de cirugías. Con el beneplácito de Vox….