Partido Popular
Casado no tira
Algo pasa con Pablo Casado que no consigue despertar ni la mínima adhesión de los votantes de derechas ni la más leve aversión en la izquierda.
Aznar consiguió construir su propio personaje. Cuando llegó a la presidencia del PP se le tachaba de poco carismático, pero llegó a convertirse en el hombre de hierro de la derecha y una bestia negra para el PSOE. Quizá sea por eso que, cuando reaparece, como ha hecho estos días, Casado languidece aun mas ante los suyos.
El problema del líder popular es que la sombra que le tapa también proviene de dirigentes actuales, como es el caso de Diaz Ayuso o de Almeida. Dos estilos diferentes pero que cada uno de ellos ha conseguido sus incondicionales.
Probablemente Almeida es la revelación del PP es los últimos tiempos. Cada aparición pública le reafirma ante sus electores y entre los que ni lo son ni lo serán. Su entrevista en el hormiguero se saldó con un récord de audiencia en el programa, y eso en política significa algo.
Madrid siempre ha sido una cantera de liderazgos populares que, por unas u otras circunstancias, nunca han llegado a la cima del poder en el PP. Claro que frente a Gallardón o Aguirre estaba Aznar o el propio Rajoy.
En el Partido Popular no ha habido cambios en los liderazgos, todos los dirigentes han aguantado hasta que cada uno ha decidido marcharse a su casa. Ese fue uno de los handicaps de los ambiciosos gobernantes madrileños.
Sin embargo, ahora lo tendrían más fácil, porque Casado en lugar de ser el defensor del título parece un sparring de nivel medio bajo.
Si Vox sigue mordiendo en la despensa de votos populares, es cuestión de tiempo que empiecen a producirse crisis internas pidiendo un cambio de liderazgo.
Poco le ayudan García Egea, destacado campeón murciano de lanzamiento de huesos de aceituna y el resto del equipo del que se ha rodeado.
Es una máxima que, a peor calidad del liderazgo, más mediocridad en los equipos, aunque solo sea para que el líder necesita sentirse seguro de sí mismo.
Pero el mérito de Almeida o de Díaz Ayuso no es solo de ellos, el PSOE madrileño colabora activamente para que la imagen de ambos dirigentes mejore. Reconozco que he tenido que consultar si el jefe de la oposición en el Ayuntamiento seguía siendo Pepu Hernández o ya había dimitido, aunque más grave es lo del parlamento autonómico.
A Gabilondo se le ha estropeado la operación “Defensor del Pueblo” en el momento en que se rompieron las negociaciones para elegir Consejo General del Poder Judicial.
Pero es un hombre inasequible al desaliento y aun espera que todo se arregle y lo suyo salga bien.
La imagen que se proyecta empieza a rayar lo patético.El jefe de filas de los socialistas aferrado aun sillón que no desea esperando a que despegue el avión que más le conviene, eso es tener una ferviente vocación de servicio público, éticamente no tiene precio.
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