Política
Otro fiasco socialista
Una colección de frívolos aprendices de brujo decidió poner en marcha una operación política para quitar al PP los gobiernos de Murcia, Madrid y Castilla y León. Era una sucia alianza entre Ciudadanos y el PSOE, diseñada en las covachuelas del poder madrileño, utilizando las mociones de censura sin que existiera ningún fundamento más allá del clásico «quítate tú, que me pongo yo». A pesar del fervoroso aplauso de la izquierda política y mediática, no era más que un desesperado intento socialista de dar oxígeno a Arrimadas para que acabara apoyando a Pedro Sánchez.
En su día intentaron seducir a Albert Rivera ofreciéndole la presidencia de estas comunidades a cambio de que Ciudadanos entrara en un gobierno de coalición con el PSOE. No quiso, porque esperaba superar al PP y convertirse en el líder del centro derecha. Hoy sería vicepresidente del gobierno y su partido tendría un gran poder territorial con comunidades y ayuntamientos. En cambio, Ciudadanos está inmerso en una crisis enorme que le puede conducir a la desaparición. Es un barco que se hunde y muchos han empezado a huir del naufragio. Como es normal, en el PP los esperan con los brazos abiertos y la debacle en Madrid provocará la extinción del partido.
Lo de Castilla y León ha sido para nota. Es un ridículo sin paliativos, porque Tudanca y sus huestes pensaron que lo de Murcia provocaría un efecto dominó. Por ello, se precipitaron presentando una moción de censura contra un gobierno sólido como el formado por Mañueco e Igea. La castaña ha sido monumental. El líder socialista ha tenido su minuto de gloria y el resto de legislatura se podrá lamer las heridas provocadas por el fiasco.
Primero fue Murcia, ayer le tocó a Castilla y León y el 4 de mayo a Madrid, donde las encuestas muestran que Ayuso tiene una gran subida y podrá mantener el gobierno. El debate celebrado ayer en las Cortes castellanoleonesas muestra la inconsistencia de la alternativa socialista. Fue un pleno bronco, repleto de insultos y descalificaciones contra el PP y Ciudadanos. No hay que sorprenderse, porque la izquierda nunca sabe perder. Lo mejor fue escuchar al «estadista» Tudanca asegurar que los castellanos y leoneses «juzgarán de forma implacable a quienes les traicionan». Desde luego, en las próximas elecciones autonómicas el PSOE cosechará un sonoro fracaso, porque los votantes no olvidan y saben que Mañueco e Igea sí están al servicio de su comunidad.
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