Cristianismo

El distinto

“Lo que no imaginé es tener que topármelo recién resucitado. Yo sola, la primera. Tres días después de que Juana de Cusa nos avisase de que lo estaban azotando en el pretorio”

“Han salido corriendo hacia el sepulcro, menos mal, al menos les ha cabido la duda. ¡A quién se le ocurre, darnos la noticia a nosotras! Sólo a él, que siempre ha hecho todo al revés, que supongo que por eso lo hemos seguido como locas por los caminos y las plazas, que mi padre estaba escandalizado y recitaba el refrán: “Bienaventurado aquel cuyos hijos son varones y ay de aquel cuyos hijos son hembras”. Empezó con la hemorroísa, que en pleno sangrado acarició su manto sin que la castigase. Siguió por la adúltera, a la que liberó de la lapidación. Luego por la pecadora, a la que alabó que le limpiase los pies con su propio cabello, ”porque ama más quien más deuda ha visto perdonada” y, finalmente, con la samaritana, la de los cinco maridos, con la que conversó a solas, menuda reputación. ¿Pero cómo abandonarlo, si a todas nos ofrecía el agua que salta hasta la vida eterna? La mujer decente cuida de los hijos y del sabbat, evita a los hombres y las conversaciones callejeras. Aún así, hereda la mitad y no puede testificar en el juicio. Es impura durante los sangrados y tras el parto. Y él, nada, erre que erre, ni sangrados, ni pecados, ni reputaciones, ni religiones. ¿Acaso no íbamos a seguirlo, si su propia madre lo seguía? Decían: “Es hijo de María y José de Nazaret” y María replicaba: “Es hijo del Espíritu de Dios, que yo no conocí varón” y la trataban de loca. Lo que no imaginé es tener que topármelo recién resucitado. Yo sola, la primera. Tres días después de que Juana de Cusa nos avisase de que lo estaban azotando en el pretorio y tras verlo arrastrando la cruz y tragarme todas las lágrimas en el Calvario. Y va y me dice: “Cuéntaselo a ellos, no me retengas, Magdalena, que tengo que ir al Padre, os veo en Galilea”. ¡La cara de Pedro, la de los demás, cuando lo conté! ¡Hombres, que pensaban que era tan imposible que se nos hubiese mostrado como que hubiese resucitado! Pues lo es, es posible, él siempre fue así.”