Política

Cs sigue siendo una opción necesaria

No es fácil asentar una opción de centro liberal en la política española. El sistema electoral proporcional, que favorece a las grandes formaciones y curiosamente al nacionalismo vasco (PNV) y catalán (en su día representado por CiU), impidió que se abriese paso Ciudadanos. Dos grandes partidos a derecha e izquierda, PP y PSOE, con capacidad de ampliar su electorado hacia las zonas más templadas, acabaron forjando un sistema en el que era difícil consolidarse. Fue precisamente el abuso que el nacionalismo catalán hizo de su poder y la convicción de que la izquierda había aceptado ese ideario –como mal menor y, lo que es más recriminable, porque lo consideraba «progresista»– sin contraponer el valor de la ciudadanía frente a la identidad nacional lo que situó al grupo de Ciudadanos como verdadera opción a tener en cuenta. Pero en esta década han pasado muchas cosas en la política española: un intento de golpe contra la legalidad democrática en Cataluña y la llegada al Gobierno de una coalición izquierdista que traicionaba los valores del propio PSOE y situaba en el puesto de mando a un partido que, como Podemos, se declaraba abiertamente anticonstitucional. Sin duda, la opción de Cs quedaba cada vez más constreñida por la extrema polarización política, que tuvo como consecuencia que el partido de Albert Rivera se viniera abajo y pasara de 57 a 10 escaños en las elecciones generales de noviembre de 2019. De esa caída y de los errores cometidos no se deriva que el proyecto de Cs sea inviable, sino que debe definirse sobre las únicas bases que un partido centrista y con vocación de pacto puede hacerlo: desde la gestión y el buen gobierno. Inés Arrimadas es consciente de ello, de que, como dijo en la entrevista que publicamos ayer, lo único que da sentido a la política es «tratar de aportar soluciones» a los problemas de la ciudadanía. Su paso por gobiernos como el de la Comunidad de Madrid, en consejerías tan claves como la de Economía –que ha resultado ser estratégica para Díaz Ayuso–, los de Andalucía y Castilla y León, ha dejado claro que sólo desde la gestión puede hacerse política eficaz y útil. También ha tenido una posición muy clara en la renovación del Consejo General de Poder Judicial o de RTVE, renunciando a formar parte de un reparto de poder que en nada ayuda a asegurar la independencia de estos y otros organismos públicos. Afianzar una opción de centro liberal requiere tiempo, como demostrar que se puede hacer política desde la tolerancia y el respeto a las normas democráticas que ayude a buscar espacios de consenso. Que un juez deje fuera de las listas del PP a Toni Cantó después de dar un portazo a Cs viene a corroborar que las precipitaciones no sirven cuando se quiere crear un espacio político necesario, no del mero oportunismo. No sería una buena noticia que Cs no estuviese representado en la Asamblea de Madrid –lo que los sondeos no dan por hecho–, algo de lo que no deberían alegrarse ni PSOE ni PP.