Literatura

Andrés Trapiello

Sus diarios constituyen uno de los hitos de la literatura española de todos los tiempos

Digan lo que quieran quienes nunca pasaron de las solapas. El revisionismo de Andrés Trapiello nos hizo mejores. Menos atentos a mecernos en la violencia del prejuicio y más interesados en reducir a escombros los dogmas. Con Las armas y las letras poda los árboles de la propaganda para que el lector pasee por el bosque de nuestra historia literaria en unos tiempos atroces. Propuso un viaje infinitamente más contradictorio de lo que pudiera sospechar cualquier adicto a las categorizaciones de los capellanes, tantos y siempre castrenses. Resulta imposible acercarse a nuestra Guerra Civil, y al papel que juegan los intelectuales, sin el planisferio de un libro esencial, que recupera a Clara Campoamor y a Morla Lynch, a Elena Fortún y a José Castillejo. Que dibuja el drama de la Tercera España. La de todos aquellos que por militar en el lado de la democracia y las libertades habrían terminado inevitablemente fusilados por los dos bandos. Pero Trapiello, gestante siempre de proyectos literarios, es mucho más que sus trabajados estudios de la guerra. Ha traducido a don Quijote al español contemporáneo. Ha escrito novelas cervantinas, algunas de las cuales tenían la virtud de soliviantar a los sectarios, como El buque fantasma, y poemas dotados de una vibración intimista y purísima y ensayos que revientan de curiosidad por lo humano. Sus diarios constituyen uno de los hitos fundamentales de la literatura española de todos los tiempos. Novela en marcha de un escritor atento a los primores de lo cotidiano, encierra todos los mundos posibles porque los dígitos de la condición humana son los mismos desde que el mono desnudo pintaba ciervos y leonas en la cripta de las montañas. A Trapiello le debemos la relectura de El Rastro, la carta de amor a Madrid más emocionante y bellísima jamás publicada, ediciones de Manuel Machado, Juan Ramón, Gómez de la Serna o Bergamín, el deslumbramiento por Ramón Gaya, y miles de páginas deslumbrantes, donde revisita la historia y el amor, los anhelos, la espuma de los días y la tristeza, el heroísmo y la tolerancia, el dolor y la muerte, siguiendo los pasos de autores como Orwell, Camus y Chaves Nogales, sus iguales.