Tomás Gómez

La idea de España de Sánchez

Sánchez ha sido investido presidente dos veces con el voto de los independentistas y tampoco parece que haya hecho mella en su fuerza electoral.

Pedro Sánchez todavía no ha aprendido que sus actos en política le van a perseguir el resto de su trayectoria. Parece que el sector más preocupado del gobierno cree que cuanto antes den los indultos a los presos del Procés, antes acabará el desgaste que experimentan y que ha llevado al PP a tomar la delantera electoral.

Es muy posible que Iván Redondo, el hombre que siempre sirve a quien mejor le paga, comparta esa idea. Todo se fundamenta en un concepto muy poco elevado sobre los ciudadanos españoles. Creen que da igual lo que digan o lo que hagan, a las 48 horas hay otra noticia controvertida que hace que la gente olvide todo lo anterior.

Hasta la fecha ha sido así. Cuando Sánchez aseguró que nunca pactaría un gobierno de coalición con Pablo Iglesias porque no dormiría tranquilo o, cuando Illa y Simon despreciaban el uso de la mascarilla porque decían que no aportaba protección, o cuando Sánchez anunció hace meses que el virus estaba vencido, son buenos ejemplos de que, a pesar de las contradicciones y errores, los votantes seguían ahí.

Es más, Sánchez ha sido investido presidente dos veces con el voto de los independentistas y tampoco parece que haya hecho mella en su fuerza electoral.

Pero quedarse ahí es un análisis raquítico de la conducta de los electores. Los indultos no solo son un grave error político y jurídico, sino que se van a convertir en el símbolo de la lucha contra Sánchez.

Ese es el otro problema que tiene el líder socialista, ya solo se puede odiar a Sánchez en el ejecutivo, porque el abnegado amortiguador de ataques, Pablo Iglesias, ya no está en política. Por eso, esta vez la gente no va a olvidar con rapidez los indultos, sino que van a grabarlos en la frente del gobierno.

Además, los independentistas no son de fiar, en su lucha contra el Estado español, la deslealtad es un instrumento más a usar. En esa clave hay que entender la existencia de una nueva hoja de ruta para lograr la independencia por la vía unilateral, que se ha encontrado en un teléfono móvil requisado a un ex alto cargo de ERC.

Sánchez ha encontrado la horma de su zapato. Él, que no tiene por norma cumplir sus compromisos, fía el éxito de los indultos a la palabra de quien ya tiene decidido que lo va a incumplir.

Sin Madrid, Andalucía y Cataluña el PSOE no ganará las próximas elecciones. Diaz Ayuso desbarató los planes en la región capital y en Andalucía todo tiene mala pinta para el líder socialista.

Si gana Susana Díaz, él pierde y, si gana Espadas, le resultará muy complicado derrotar a Juan Manuel Moreno que, llegó de casualidad, pero se ha ganado a parte del electorado andaluz.

En definitiva, Sánchez se agarra a los indultos como un clavo ardiendo porque cree que le dará votos en Cataluña. Sin embargo, su problema es otro: la falta de una idea de España clara.