Perú

En respuesta al presidente Castillo

Solo se embarcaban para Cádiz el “quinto real” de las riquezas extraídas, es decir, el 80% de las mismas se quedaban en Hispanoamérica para desarrollar, por ejemplo, 24 Universidades

Como no he visto respuesta del gobierno de España a las falsas acusaciones de exterminio, esclavitud y usurpación de riquezas a cargo del Imperio Español hace casi cinco siglos en Perú me permito recordar al Señor Castillo algo, que se le supone conoce, al pertenecer al mundo de la enseñanza, pero que prefiere olvidar por pura ideología.

Sr. Castillo, antes de llegar los exploradores o si lo prefiere los conquistadores españoles existían ya dos imperios que conquistaron, sojuzgaron, esclavizaron y en algunos casos masacraron a otras etnias, me refiero a los Incas en Perú y a los Aztecas en México. La gran hazaña de Pizarro y de Hernán Cortés con apenas unos centenares de hombres y unas decenas de caballos fue ser recibidos por las tribus esclavizadas como libertadores, no como los nuevos conquistadores, y con su ayuda dominar a Incas y Aztecas, como así hicieron.

Parece desconocer Sr. Castillo que la característica única e irrepetible de la colonización española fue el «mestizaje», por ello los mestizos o los castizos, de la unión de mestizo y nativo, junto con éstos últimos representa actualmente el 80% de la población de habla hispana en América, entre ellos el Sr. Castillo. Supongo que si la colonización hubiera sido otra, como en Australia, Tasmania, Nueva Zelanda o Norteamérica, el Sr. Castillo no estaría insultando a los españoles como Presidente del Perú, ya que apenas quedarían el 8%.

Los virreinatos de Nueva España, Nueva Granada y del Perú tenían una estructura administrativa y de derechos y libertades como cualquier otro Virreinato en la Península. No solo había virreinatos en Hispanoamérica. Los virreinatos son una historia de éxito colonizador y de administración de España, ya que solamente se embarcaban para Cádiz el «quinto real» de las riquezas extraídas, es decir el 80% de las mismas se quedaban en Hispanoamérica para desarrollar, por ejemplo, 24 universidades, entre ellas la de Lima, Escuelas, Institutos de Formación Profesional para nativos, etc. En aquella época el número de españoles de nacimiento en aquellas tierras no llegaban al 15%. Dentro de las primeras imprentas establecidas en el mundo, España trasladó alguna a Hispanoamérica mucho antes que llegaran a algunos países europeos.

Es cierto que Comendadores, como en sus inicios Bartolomé de las Casas, se olvidaban a veces de las leyes de protección de los nativos, que cuando se convertían al catolicismo pasaban a ser ciudadanos españoles de pleno derecho. Por ello muchos nativos tenían plantaciones, terrenos de cultivo y ganadería de su propiedad, por cierto esquilmadas por los criollos después de la independencia de España. Nunca aquellas tierras fueron tan prósperas que en la época de los virreinatos españoles.

Sr. Castillo, a cambio del «quinto real» los españoles les proporcionamos una lengua universal, cultura y conocimientos europeos, técnicas y procedimientos, imprentas, universidades, escuelas, ciudades, costumbres que anidaron con las nativas y la fe católica con catedrales e iglesias, todo ello aún se puede disfrutar. Por cierto después de la primera gramática escrita en el mundo, la española de Nebrija a finales del siglo XV, y antes de la inglesa o la alemana, las dos siguientes en el siglo XVI fueron la de la lengua quetzal y la náhuatl. Seguro que se conservan aún ejemplares en Perú.

Sr. Castillo, seguramente sabrá que en los siglos XVIII y XIX muchos de los actuales países de lengua hispana tenían mayor renta per cápita que los españoles o los europeos y que en el siglo XVII y el XVIII, en la época feudal, las condiciones de vida de los campesinos europeos eran mucho peores que la de los nativos en Hispanoamérica.

Por último, en la primera mitad del siglo XIX y aprovechando la extrema debilidad de España se produjeron los procesos de independencia en Hispanoamérica, procesos que derivaron en guerras civiles internas entre los nativos y los realistas, que apoyaban al rey de España, y los criollos y sus seguidores. Los nativos siempre apoyaron a España en aquellas guerras, y lo pagaron con creces con el exterminio en muchos casos y la usurpación de sus propiedades, después de la independencia de España, entre ellas los mapuches, o araucanos, como les llamábamos los españoles. Recuerde la Araucana, primera epopeya americana o poema épico escrita por Alonso de Ercilla en el siglo XVI en recuerdo de aquellos mapuches.

Antes de finalizar, me gustaría recordarle que después de la independencia de España, se desarrollaron terribles guerras de dominio entre los recién constituidos estados, en la búsqueda de recursos, territorio o salida al mar. Guerras que estigmatizaron y aun continúan marcando las relaciones entre los países.

En definitiva Sr. Castillo, después de la independencia les dejamos las capacidades, formación, cultura, estructuras e infraestructuras necesarias para gobernarse y lograr la prosperidad y el bienestar. Si no lo han conseguido aún, no busque las razones en mis antepasados sino en los suyos y en su incompetencia para lograrlo.

Luis Feliu Bernárdez de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares