Política

El timo de la estampita es verde

«Cuando los especuladores inviertan en casas flotantes, cómprense una lancha»

Leo en periódicos serios que, según las últimas profecías referidas al cambio climático, Santa Cruz de Tenerife, Barcelona y Cádiz habrán sido engullidas por las aguas en menos de 60 años, cuestión ciertamente preocupante que no he visto incluida en la agenda 2050 del Gobierno, y que merecería estarlo, al menos, por la innegable influencia que tendrá en la deriva del nacionalismo catalán, sector Maresme. Esta ausencia puede explicarse de dos formas. La más evidente es que ni siquiera Pedro Sánchez confía en seguir en el machito en 2081, cuando el mar lamerá las botas de Colón, si es que para entonces Colau no ha tumbado la estatua, con lo que el problema pasa al montón de las carpetas de «el tiempo resolverá». La otra explicación es que Sánchez sabe que lo de la subida del mar es una parte del timo de la estampita, verde, con la que nos van a esquilmar a los pobres idiotas de europeos. Porque a medida que los científicos del Panel Intergubernamental de la ONU aceleran el apocalipsis climático, Bruselas endurecerá el control de las emisiones de CO2, reduciendo las tasas gratuitas a las gran industria e incorporando nuevos actores al mercado, como el transporte o la calefacción. Es decir, subirán los precios en un mercado, el del carbono, que ya está en manos de grandes fondos especuladores, que compraron derechos de emisión cuando a causa de la crisis económica y, luego, de la pandemia, estaban por los suelos. El encarecimiento consiguiente de la energía y, con ella, de todo lo demás, lo pagarán los consumidores en vivo y en directo o vía impuestos. Y sin solución de continuidad, porque esa subida del mar, advierten unos científicos que ya estarán muertos en 2081, «será imperceptible» durante las próximas décadas, pero acaecerá, seguro. Bueno. Pero si quieren un consejo, cuando vean que los fondos especulativos invierten en la fabricación de casas flotantes o barcos-vivienda, cuando los laboratorios farmacéuticos dediquen inversiones millonarias en descubrir la píldora contra el mareo, entonces sí. Si viven por Arenys de Mar, cómprense una lancha o, mejor, vayan a repoblar la España vacía.